Los latidos que comparte Consuelo Ramírez por primera vez

Por primera vez dirigió una novela y se dio cuenta de que, si escribir era delicioso, dirigir podía ser deliciosamente difícil, porque no siempre lo que se sueña y se escribe puede ser llevado a la pantalla como se imaginó. Todo es un reto, asumirlo es parte de la vida y de entregarse a lo que tanto complace a uno mismo y a los demás. Por eso la licenciada en Español y Literatura y reconocida realizadora de cine y televisión, Consuelo Ramírez, se atrevió y el resultado está a nuestra disposición cada martes, jueves y sábado en la noche, en la telenovela Latidos Compartidos.

Interrumpir su trabajo de edición en uno de los cubículos del ICRT no fue fácil, “tenemos que adelantar mucho, vamos por el capítulo 70 y hasta principios de mayo estará la novela al aire, con sus 87 capítulos”.  Menos de 20 minutos de diálogo fue la promesa, y por fortuna, accedió.

“Latidos compartidos me ha traído muy buenas cosas, sobre todo porque es mi primera experiencia como directora de una telenovela. Presentarle a nuestro público un producto televisivo de este tipo, de factura totalmente nacional, siempre significa un gran desafío, porque nos comparan con teleproductoras de otros países, que tienen otras condiciones y recursos. Actores, fotógrafos, vestuaristas, camarógrafos, directores, guionistas… Nos enfrentamos todos los días a situaciones disímiles y salimos a flote con inventiva y sacrificio.

”Por suerte la carta de triunfo que tenemos es que ofrecemos lo que la gente vive. La gran ventaja es que la mayoría de las personas se ven reflejadas en las realidades que, matizadas por la ficción,  proponemos en pantalla. Las personas disfrutan mucho también encontrarse con actores conocidos y descubrir nuevos”.

El guión de esta telenovela se escribía desde hace cuatro años y llegó a las manos de Consuelo Ramírez, quien tuvo a su cargo la escritura de los últimos 25 capítulos de la recién concluida Cuando el amor no alcanza, debido a una operación de urgencia a la que fue sometida Maité Vera.

“Los guionistas son Amílcar Salaty, Gabriela Reboredo y Junior García, tres jóvenes muy talentosos que trabajaron con desenfado y recrearon historias que no han sido muy usuales en la pantalla, sobre todo a partir de las aristas de los conflictos que a ellos les interesó presentar. En primer lugar, el éxito de la novela es de ellos…Luego de todo el equipo de dirección y por último de los actores, quienes perviven en la mente del publico en el transcurso del tiempo”.

—¿Cómo fue el proceso de selección de los actores?

—Hicimos un casting muy fuerte. Felo Ruiz es mi codirector pero la selección de los actores estuvo a mi cargo. Recibimos a 250 actores y muchos de ellos hicieron tres y cuatro escenas. Las parejas se evaluaban desde la actriz con todos los posibles actores, y a la inversa también. La teoría combinatoria de la matemática se aplicaba para detectar las parejas perfectas.

“La pareja de Indira y Miguelito nos interesó mucho cuando los vimos trabajando juntos. Sara y Felipe son una pareja contrastante, diferente. Así sucedió con todas… Quedaron fuera del casting excelentes actores, y me complació mucho que así fuera, porque me demuestra que de la escuela de arte egresan en este momento actores muy bien preparados.

”Con los niños realizamos un trabajo muy intenso durante dos meses, todos los sábados, para elegir a los dos que más se ajustaban a los personajes que presentaríamos”.

—¿Cuál ha sido la acogida del público?

—Prefiero los criterios de los desconocidos… Gente que me aborda en la calle, o al resto del equipo… Cartas y encuestas que se tabulan en el departamento del ICRT con estos fines. A la gente le gustan mucho las subtramas que mostramos, sobre todo la historia de la religión, la homosexualidad vista desde el conflicto con la figura paterna y su aceptación, el amor no estereotipado.

Todavía queda tiempo para disfrutar de Latidos Compartidos. Mientras, Consuelo Ramírez sigue trabajando en su edición y “carga las pilas” para asumir un nuevo trabajo. “No adelanto nada, pero créeme, nunca dejo de trabajar”.