domingo, 29 de septiembre de 2024

Lo inolvidable en escena

Todo un acontecimiento ha sido el 24 Festival Internacional de Ballet de La Habana...

Ada María Oramas Ezquerro en Exclusivo 09/11/2014
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Festival de Ballet
El Festival de Ballet llega a su fin tras varios días de intensos espectáculos.

PROTAGONISTAS EN EL ARTE DE LAS PUNTAS

Quienes hemos asistido a los eventos anteriores, hemos perdido la capacidad de asombro en esta edición que se ha arrogado el derecho de las privilegiadas por ser números cerrados, terminados en cero.

Por ello, ha sido posible encontrar en los pasillos o en el vestíbulo de los teatros/sede a quienes merecen titulares en la prensa o en los portales de la red de redes, la implacable persecución de camarógrafos y periodistas y profundas reflexiones de la crítica para valorar la magnitud de su arte.

Como meandros de un río caudaloso, las locaciones no se reducen a los cuatro teatros habaneros que asumieron las puestas en escena. Abarcaron desde los clásicos, incluida la era romántica, neoclásicos y contemporáneos, en obras en las que se apreciaba un trabajo arduo, cercano a la perfección y con modos de hacer novedosos y hasta sorprendentes. En el homenaje al maestro Fernando Alonso por su centenario, se sucedieron clases magistrales de figuras de muy alto relieve en este perfil. En cuanto a prestaciones de libros y conferencias, tuvieron por escenario al Museo Nacional de la Danza, institución que acoge una exposición permanente sobre Alicia y continuas propuestas en torno a su figura y al ballet.

Fuera de la escena, el evento adquirió perspectivas impensadas, en las exposiciones de artes visuales presentadas en los vestíbulos de los teatros/sede y de la Casa del ALBA Cultural.

LAS CUMBRES DEL FESTIVAL

Resaltaron de tal modo que el recuento de lo imprescindible salta a la vista, porque la excelencia se impone. La gala inaugural, con Shakespeare y sus máscaras, dejó su huella en el recuerdo, por el lirismo de la puesta reflejado en las actuaciones de Anette Delgado y Dani Hernández, quienes reflejaron ternura y ensueño en su danzar, que los convirtió en los amantes de Verona, el primer tributo a la memoria de William Shakespeare, que recibiría innumerables evocaciones en el evento, dedicado al aniversario 450 del célebre dramaturgo británico.

La bella durmiente del bosqueunió el mágico encantamiento de la jovencita que durmió por cien años y reconoció en escena el protagonismo que ocupa este cuento en la literatura para niños, con las actuaciones de Viengsay Valdés y Víctor Estévez, en la poética de tan hermoso amor, mientras Yanela Piñera y Arián Molina otorgaron un candor juvenil de altos vuelos a los protagonistas.

Considero la Gala Romántica, centralizada por Giselle, como el momento culminante del evento, por ser el título paradigmático del Ballet Nacional de Cuba, debido a que fue la obra que marcó por siempre a Alicia Alonso, cuya sustitución a Alicia Markova, la llenó de gloria.

El rol titular de la campesina que se convierte en wili o espectro de los bosques tuvo magistral desempeño en Anette Delgado, en la escena de la locura y. en el reino de las wilis, mostró una transfiguración total por la ingravidez que otorgó a su ejecución.Con una evanescencia de pasos y port de bras impresionantes. Dani Hernández asumió al duque Albrecht con suma organicidad, al mostrarse en sus dos facetas de noble con dos novias, hasta que la muerte de la joven campesina le estremece hasta el delirio, lo cual evidencia en su variación la magnitud de su arte danzario y de su labor como partenaire.

El bicentenario del natalicio de Gertrudis Gómez de Avellaneda hizo retornar a la escena el ballet Tula, de la Alonso, concebido de un modo tal que permite al público adentrarse en la poesía, el ensayo y la dramaturgia de aquella escritora extraordinaria, junto a sus grandes amores, en especial Ignacio de Cepeda, que centralizó su epistolario, el más lírico de la literatura cubana, con una actuación protagónica muy lograda por Amaya Rodríguez.

Tres funciones de El lago de los cisnesocuparon la escena del teatro Karl Marx, con esa demostración balletística de la princesa convertida en cisne por un hechicero, en un desdoblamiento del cisne blanco y negro por dos bailarinas. Viengsay Valdés, en una magistral interpretación de Odette y Odile, que encontró ideal partenaire en el bailarín ucraniano Ivan Putrov, quien realizó una variación impecable y de gran fuerza expresiva; Yolanda Correa se identificóa plenitud con las dos criaturas antagónicas y tuvo un partenaire muy eficaz en Joel Carreño, en tanto Sadaise Arencibia recreó a Odette en un tono de exquisito lirismo que le permitió realizar una labor impecable como, imbuida de luminosidad, mientras Amaya Rodríguez encarnó a una Odile plena de malignidad y pudo apreciarse en ambas un respeto al estilo y la técnica, lo cual se evidenció en el príncipe Siegfried, perfilado con lucimiento por José Losada, quien además fue un partenaire inteligente y solícito.

UN BROCHE DE ORO A TODO ANDAR

La gala de clausura resumió grandes momentos y aportósorpresas en una noche muy esperada por el público y la crítica, la cual fue resumen en algunos casos, pero no limitó sus posibilidades a lo ya visto, al aportar títulos no incluidos en la programación diaria y un estreno.

Aplausos y ovaciones respondieron a las expresiones artísticas antológicas en este gran final, entre ellas el pas de deux de Espartaco, por Yanela Piñera y Camilo Ramos, al igual que Paloma Herrera y Juan Pablo Ledo, en el Tango renovador, de Astor Piazzolla; dos solos impactantes por el despliegue de técnica y estilo fueron interpretados por Javier Torres, en La muerte de un cisne; y JoaquínLuz en Cinco variaciones para un tema.

Un cierre espectacular fue protagonizado por Viengsay Valdés y Víctor Estévez en la obra Valsetto, del venezolano Vicente Nebrada, en un mosaico de ritmos concluyentes en el género que le da nombre y que adquirió un colorido llameante sobre todo en la ejecución de Viengsay, que le aportó una pasión encendida a la técnica, a partir del acompañamiento pianístico de Nelson Madrigal, quien, incluso devino uno de los personajes de la trama engastados en su excepcional pianismo. Y, como epílogo de la gala, la presencia de Alicia, aclamada por el público, a quien reverencio varias veces, como culminación de un evento trascendental para la cultura cubana.


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Ada María Oramas Ezquerro

De larga trayectoria en el periodismo cultural. Premio de Oro, del Gran Teatro de La Habana y Miembro de la sección de la Asociación de Artistas Escénicas de la UNEAC


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