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jueves, 3 de octubre de 2024

Joya patrimonial y cultural

Reinaugurada luego de su restauración la Sala de Conciertos José White de Matanzas...

Bárbara María Vasallo Vasallo en Exclusivo 05/02/2016
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Los que viven en la ciudad de Matanzas desde siempre, extrañaron durante 16 años las grandes puertas cerradas de la llamada y conocida Sala White, sobre todo por lo que sucedía adentro…

 Como verdadero templo de la cultura y del tiempo la bautizaron personalidades del mundo del arte, entre ellos el maestro Frank Fernández, quien asistió el 28 de enero último a la reapertura de la Sala de Conciertos que honra la memoria de uno de los músicos cubanos más destacados del siglo XIX.

 Cuando en el mes de marzo del año 2000 anoté en mi agenda de trabajo el cierre de la institución cultural, nadie sospechó que transcurriera tanto tiempo. El mal estado del inmueble y la falta de un programa de reparación fueron causas concretas por las cuales dejó de cumplir su objeto social. Luego, la desidia se confabuló contra presupuestos, personas inescrupulosas jugaron con los recursos y hasta en un proceso judicial se vio involucrada la insigne institución.

 Para el bien de la cultura cubana, el otrora Liceo Artístico y Literario de Matanzas, reabrió sus puertas con la magia que le es afín, y la Orquesta Sinfónica de Matanzas (OSM) vuelve a su sede habitual, después de largos años itinerante por la urbe de ríos y puentes. Hoy, con un promedio de edad que no rebasa los 25 años, la agrupación institucionalizada en 1962 inició una jornada en la cual interpretará piezas clásicas de su repertorio, de autores de todos los tiempos y celebrará, junto a los matanceros, el aniversario 156 de la declaración de la cabecera provincial como Atenas de Cuba, hecho acontecido el 17 de febrero de 1860.

 Sergio Roque Rufín, artista de la plástica al frente de un grupo de trabajadores no estatales tuvo a su cargo en los últimos tres años la restauración capital del emblemático sitio, y al igual que los artesanos que en 1900 y en 1940 repararon y dejaron su impronta, hoy para las futuras generaciones Roque lega su sello en piezas y esculturas de inigualable valor.

 Junto a la arquitectura neoclásica de la fastuosa construcción del siglo XIX conviven elementos contemporáneos como una habitación con hermeticidad para grabaciones en vivo, cafetería moderna insertada en el amplio patio colonial, un mural de cerámica de 45 metros cuadrados y estudio de grabación, aún por concluir. Nadie sabe a dónde fue a parar el piso de mármol de carrara, joya patrimonial, íntegramente sustituido.

 Es loable la labor restauradora de pilastras, yesería, apliques, lámparas, techos, espejos, carpintería y detalles mínimos, que muestran el empeño de verdaderos artesanos para resaltar los encantos de la sala, ubicada frente al céntrico parque de La Libertad.

 Roque explicó de las necesarias transformaciones en el recinto, como las arcadas de medio punto que ahora son elípticas, y la división del gran salón que ofrece un ambiente más íntimo y propiciará las grabaciones de conciertos en vivo.

 Se conservan allí una escultura de José White, y el museo de la música prestó el violín del destacado compositor.

El concierto inaugural estuvo a cargo de Frank Fernández con la Orquesta Sinfónica de Matanzas, dirigida en esta ocasión por Enrique Pérez Mesa. Se escuchó la Bella Cubana, para recordar que puede Matanzas volver a brillar como Atenas de Cuba, cuna de hacedores de todas las artes.

 En el sitio donde Miguel Faílde, estrenó el primer danzón Las Alturas de Simpson, su tataranieto ofrecerá danzones para el público siempre ávido de disfrutarlos. En la sala donde Lola Cruz fue anfitriona de los Juegos Florales volverán poetas a declamar versos y trovadores a cantar a la realidad.

 Con la reapertura de la sala ganan todos, comentó Frank Fernández, la cultura en la isla cuenta con un espacio de lujo, la OSM y sus jóvenes integrantes podrán superarse cada vez que ejecuten a Mozart o a Lecuona y el público acudirá, como hace más de tres lustros, puntual y traspasará la puerta de caoba, cedro y cristales nevados.

Eduardo Robreño, reconocido periodista, crítico y autor teatral, contó muchas veces que a la ciudad de San Carlos y San Severino de Matanzas venían de muchas partes de Europa importantes intérpretes, concertistas y actores a presentarse en estos escenarios, y si eran bien acogidos por el público se decidían, entonces, a “hacer la América”, porque con la anuencia de los matanceros tenían aseguradas presentaciones en el continente, lo que corrobora conocimiento y cultura de los habitantes de la tierra del Yumurí.

Concierne ahora al consejo asesor de la Sala de Conciertos José White asegurarse de que las propuestas artísticas se correspondan con la fastuosidad del lugar y no dejar espacios para la banalidad y el mal gusto, es la mejor manera de honrar su nombre.


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Bárbara María Vasallo Vasallo


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