Jazz Plaza 2023: sabor que fluye (+Fotos)

Artistas de 23 países, algunos de ellos son referentes en el panorama jazzístico contemporáneo, confluyeron en la 38vo. edición del Festival Internacional Jazz Plaza, que se realizó entre La Habana y Santiago de Cuba, y representó una fiesta para la música cubana como históricamente lo ha sido.

“El jazz es uno de los pocos géneros donde los músicos pueden ser libres y mezclar diversas sonoridades. Por consecuente, a la hora de interpretar sus composiciones en vivo cada momento es único encima del escenario”.

Lo anterior, comentado por Rolando Luna en una entrevista realizada por estos días, es una frase con la cual coinciden muchos de los músicos e intérpretes que fueron parte de esta edición. Y el Jazz Plaza devolvió precisamente eso, un evento donde disímiles géneros convivieron en armonía.

Los Muñequitos de Matanzas, agrupación que se encuentra celebrando sus 70 años de creación, abrió por todo lo alto el festival en la sala Avellaneda del Teatro Nacional de Cuba. Con un concierto de casi tres horas y con numerosos artistas invitados como Alain Pérez, el puertorriqueño Giovanni Hidalgo, el percusionista Pedrito Martínez, Brenda Navarrete y el Coro Nacional de Cuba, la agrupación recordó cómo estos géneros de corte folclórico han revolucionado las nuevas formas de componer el jazz.

De igual forma dicha sala recibió otras propuestas musicales de alta factura, como fue el caso de Bas Van Lier Soul Jazz Quartet, quienes vinieron a mostrar jazz de alta energía con toques de soul y blues.

Por allá también se presentaron Cucurucho Valdés, con un concierto lleno de cubanía; y Roberto Fonseca como parte del cierre del Jazz Plaza, pianista consagrado que demostró una vez más por qué es uno de los jazzistas contemporáneos cubanos más reconocidos a nivel mundial.

Artistas del patio que hace algunos años desarrollan su carrera en el exterior fueron protagonistas de varios conciertos que acontecieron en diversas salas de la capital. Por un lado en el Teatro Martí, Rolando Luna hizo gala de su tan elevada técnica pianística, acompañado por algunos de sus amigos que, juntos, son parte del proyecto “El Comité”.

Y por el otro, el trompetista Carlos Sarduy, quien se hizo acompañar de su piquete los Groove Messenger, exponiendo su talento no solo para tocar un instrumento del cual posee la mejor de las técnicas, sino también su maestría a la hora de componer.

Las galas homenajes este año estuvieron dedicadas a Marta Valdés, José Luis Cortés “El Tosco”, Celina González, Chano Pozo y al reciente fallecido Pablo Milanés. Esos espacios en la sala Covarrubias nos hicieron recordar todas las grandes figuras de la historia de la música cubana que han partido en estos últimos tres años.

Igualmente, el Teatro Martí acogió a grandes figuras del jazz afrocubano como fue el caso de Arturo O'Farrill, destacado pianista y arreglista que dedicó el concierto presentado a su papá, el gran músico de jazz latino y director de orquesta Chico O'Farrill.

El Pabellón Cuba recibió lo más alternativo y contemporáneo de esta edición, mezclado a su vez con agrupaciones de música tradicional como El Septeto Habanero, la Charanga de Oro, la Orquesta Aragón y El Septeto Santiaguero.

Las tardes en los Jardines del Mella también fueron un ajiaco. De la rumba al jazz, y del latin jazz a la timba, en el espacio intervinieron músicos tan importantes como Irving Acao, el trompetista Roberto García, además de Tomás Muchanga de Mozambique y Gaute Storsve de Noruega, fundador del Gaute Storsve Trio, grupo que fusiona el jazz nórdico con la música latinoamericana.

La Casa de la Cultura, espacio fundador del Jazz Plaza, regresó a la cartelera. Grandes orquestas como la de Alain Pérez, Havana de Primera e Interactivo, le dieron el toque que le faltaba a todas las madrugadas musicales que acontecieron del 22 al 29 de enero.

UN ESPACIO PARA EL APRENDIZAJE

Por otra parte, la XVIII edición del Coloquio Internacional “Leonardo Acosta in memoriam” se vio este año renovado, sobre todo en materia de temáticas de los paneles y conferencias. La Fábrica de Arte Cubano resultó ser la sede de ese evento, y se convirtió en el espacio multicultural punto de encuentro e intercambio entre los estudiantes de música de algunas de las academias del país y varios invitados internacionales.

Tal fue el caso de las clases magistrales del trombonista Steve Turre y las de los percusionistas Giovanni Hidalgo y el cubano Pedrito Martínez, quien hacía 25 años no venía a Cuba y desarrolla su exitosa carrera en Nueva York.

Otra de las sorpresas fue la experiencia que trajo el saxofonista Ted Nash, cuyo proyecto Jazz x art aconteció durante la semana en el Museo Nacional de Bellas Artes, donde por primera vez músicos cubanos, estadounidenses y un museo nacional se unieron para una iniciativa que combina las artes plásticas con la música.

De esta forma culmina el Jazz Plaza 2023, un espacio que este año supo recuperar su lugar en el público cubano y mostró la magia que poseen los músicos de expresar sus sentimientos a través de un género tan libre y flexible como el jazz.