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domingo, 10 de noviembre de 2024

Inmensos detalles donde habita la vida

La muestra Agua, del joven pintor Manuel Adán Jiménez Vázquez, hace reflexionar sobre aquellos elementos naturales que a menudo pasan inadvertidos en la cotidianidad...

Marina Cortés en Exclusivo 16/05/2012
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XI Bienal de La Habana
Agua, recién inaugurada en la Casa Víctor Hugo como parte de la XI Bienal de La Habana.ieja

Inmerso en su propia experiencia cotidiana, el hombre emprende cada día una carrera por la vida intentando cumplir sueños o al menos vivir lo mejor posible.

Sin embargo, la prisa impuesta por estos tiempos modernos, con sociedades donde imperan el consumismo y la banalidad, le impide muchas veces fijarse en la grandeza de las pequeñas cosas que la madre naturaleza sutilmente le brinda.

En ello ha reparado el artista de la plástica Manuel Adán Jiménez Vázquez (México DF, 1984) y de ahí que se propusiera abordar, de una manera original, este fenómeno propio de la vida contemporánea en su exposición Agua, recién inaugurada en la Casa Víctor Hugo, en La Habana Vieja. Una propuesta que se suma a las actividades del Festival de Cine Francés, que tiene en esa instalación una de sus sedes, y a la XI Bienal de La Habana.

Graduado el pasado año de la Academia Nacional de Bellas Artes San Alejandro, el joven creador comentó a Cubahora que con Agua quiso llamar la atención del espectador sobre la maravillosa estética de esas formaciones espirales provenientes del mar, llamados comúnmente caracoles.

“Pero no solo persigo representar en las piezas la belleza de estos elementos, sino también la idea de que la humanidad está desprendiéndose del sentido natural de nuestra existencia, inmersa en una sociedad de consumo arbitrario y de peligro latente para las futuras generaciones, que quizás no verán en un simple caracol un verdadero tesoro”.

De esta manera, junto al mágico folclore que habita en las calles de La Habana Vieja, y empleando especies endémicas de Cuba, el artista se interesa por el rico mundo existente en la naturaleza de nuestro país, mostrándolo al público a través de un tono didáctico, en un ejercicio de recreación intelectual pública.

Las cinco piezas que componen la muestra sorprenden por una bella y sensual elaboración, donde el óleo reposa en los lienzos desde la suave pincelada hasta el fuerte empaste. El gran formato de Agua, Vida, Reflejo, Mira y Esencia, potencian la importancia de los elementos representados, y hasta donde la mirada y el talento lo permiten, producen en el espectador sensaciones de paz y calma, similares a las que brinda la propia contemplación de los caracoles en su estado natural.

El protagonismo de estas formas tomadas de la más sencilla realidad sobresalen en fondos que van del turquesa más claro al más oscuro, y parece que tuvieran luz propia. El lenguaje pictórico del artista se enriquece con la combinación, de una manera persuasiva, de tintes hiperrealistas que rozan con el minimalismo.

Quien también incursiona en el arte de la escultura y la música, explicó que Agua es la primera muestra de una secuencia expositiva que defiende el mismo propósito: “Arraigarnos más a la madre tierra, respetándola y queriéndola, y eso se puede hacer creando conciencia a través de las distintas manifestaciones artísticas.

“Por eso en este proyecto deseo la participación de otros artistas, restauradores, fotógrafos, que se sumen a este interés con fines puramente didácticos y no lucrativos de las muestras, que también estarán abiertas al empleo de otras estrategias didácticas como el video arte, la música, la danza, el teatro, entre otras”.

Así continua recorriendo los caminos del arte este joven pintor mexicano que, prendado de la naturaleza cubana, decidió desarrollar parte de su obra en esta Isla rodeada de mar. Su trayectoria artística incluye, además, la participación en exposiciones como Incongruencias (2007), con alumnos de San Alejandro, y una con el tema Haití (2011), en Francia.


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Marina Cortés


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