El Circo: un arte milagroso

Cuando en agosto de 1981 se realizaba la primera edición del Festival Circuba, los cirqueros de pura sangre no sabían que estaban haciendo un acto de fe mayor: la fundación del más importante evento de su tipo en el continente americano y uno de los diez mejores del orbe.

Desde su génesis, Circuba ya era un festival exitoso. A su primera edición asistieron más de 70 000 personas, entre ellas artistas de renombre del desaparecido Campo Socialista, que tanto marcó la estética de los payasos y malabaristas del patio en aquella etapa fundacional.

El festival se celebra este año entre 11 y el 17 de julio, con la dedicatoria al aniversario 35 de su fundación, al cumpleaños 90 del líder histórico de la Revolución Cubana, Fidel Castro, y al aniversario 20 de la emblemática Compañía Havana, creada el primero de agosto de 1996 por el malabarista Germán Muñoz, en el Coliseo Deportivo Kid Chocolate.

Resumir tantos años de historia es una tarea ardua y muy difícil. Consciente de ello el joven curador de arte Samuel Hernández tuvo a su cargo la organización de una muestra homenaje a los 35 años del Festival Circuba, que lleva por título Con fe en los milagros y quedó inaugurada en la Galería Raúl Oliva, ubicada en el Centro Cultural Bertolt Brecht.

Según las palabras del curador, esta muestra intenta realizar un recorrido por la vida del arte circense en la Mayor de las Antillas a partir de vestuarios, bocetos, carteles de presentaciones pero, sobre todo, evocando a las familias de tradición cirquera como los Moltalvo y los Muñoz.

“La idea es comunicar el espíritu del circo, desde que se entra a la carpa, desde la mirada de los artistas detrás del coreto, todo con una visión muy humana. El título de la muestra nace de las vivencias recogidas durante la conversación con varios fundadores de Circuba”, explicó Hernández.

Y es que para nadie constituye un secreto que el trabajo de estos hombres y mujeres del mundo circense requiere de mucho sacrificio, destreza y, sobre todo, dolor físico. Además Circuba es el resultado de la fuerza, el talento y la empatía con el público que muestran los artistas nacionales, los mismos que cada año realizan funciones gratuitas en apartadas regiones de la geografía insular y que en este verano del 2016 se presentarán en el hospital infantil oncológico de Santa Clara, provincia de Villa Clara.

Con Fe en los milagrosinvita también a la añoranza de aquellos años fundacionales, cuando el Circo llegaba a multitudes desde la calurosa carpa del Jardín Botánico y luego desde el llamado Palacio de los Deportes. Son vivencias que permanecen en la memoria colectiva y nunca se olvidarán.

La muestra, organizada por el Centro de Estudios del Diseño Escénico, estará abierta al público hasta el venidero 28 de agosto en la Galería Raúl Oliva. Con Fe en los milagros es eso y mucho más: en ella está presente el legado de Erdwin Fernández, Trompoloco, un artista integral y cultor del arte del clown.

Hoy se recuerda a Erdwin Fernández desde la habanera carpa emplazada, desde el año 2005, en la intersección de 112 y 5ta, en el municipio de Playa, sede oficial de las presentaciones del Circo Nacional de Cuba y su festival Internacional. Luego de una reparación capital, efectuada en 2015, se le incorpora, por primera vez en la historia del circo cubano, un novedoso sistema de climatización para aumentar el confort del público y los artistas. Desde ese momento fue reconvertida en el Centro Cultural “Carpa Trompoloco”.

En este 35 Festival Internacional se han dado cita, en un abrazo fraternal, artistas de 17 países: Alemania, Argentina, Chile, Colombia, Ecuador, España, Estados Unidos, Francia, Hungría, Italia, México, Perú, Reino Unido, Rusia, Taiwán, Uruguay y Cuba. Así es el circo, un arte legendario y milagroso, capaz de movilizar a las personas de todo el orbe sin importar edad, formación profesional, ni estatus social.