En la populosa y céntrica localidad de Centro Habana, más exactamente en la Agencia cubana de rap recién se creó un nuevo espacio inclusivo donde rap y jazz confluyen en favor de un mensaje común: abrir el espectro de la cultura cubana sumando actores desde la mirada activa de lo popular.
Cuba, Rapeando así es el nombre de esta idea acariciada por el músico y realizador audiovisual Alejandro Mayor junto a Rubén Marín, líder del grupo de rap Primera clase, y director, a su vez, de la Agencia cubana de rap. Uno, desde el jazz; el otro de la mano del rap, todos privilegiando la improvisación como lenguaje discursivo valedero, pretenden atraer hacia este corazón capitalino cuanto de común se gesta entre estas dos maneras de expresión artística.
Los orígenes de esta idea se remontan a la más reciente edición del festival internacional Jazz Plaza, oportunidad en la que ambos directores en la sala Tito Junco del Bertolt Bretch decidieron echar a volar más de un sueño que, por entonces, parecían insostenibles. Los músicos de Gala Mayor, secundaron a su director Alejandro y además con absoluto respeto y seguridad acompañaron a Marín para sellar una idea musical que fue el embrión de lo que es hoy el espacio cultural, Cuba Rapeando así; todo un concepto que más que nominación quedó explícito en el programa televisivo homónimo que transmitió el Canal Clave en ocasión del reciente evento Cubadisco.
Desde la presentación en la sala teatral hubo colegas que confiaron en la idea; el primero, Alex Díaz, líder de Oralitura Habana e invitado especial de la jornada que, con su singular manera de expresión, dictó las normas de presentación del espectáculo; pero más allá de los límites de la Isla otros colegas de igual manera auparon la idea: dos colegas estadounidenses: Ralph Barnette y Chris Wright a partir del apoyo tecnológico tanto para la grabación como la propia postproducción del material abrieron la primera brecha para un hermanamiento cultural que se sostiene en el tiempo.
No necesitaron de mucho tiempo para convertirse parte indispensable de la aventura, Barnette puso el impulso y determinación necesarios para no dejar el acontecimiento en mera jornada de disfrute. Desde ese momento apostó por más. Que Cuba, Rapeando así sea hoy un corpus televisivo dispuesto a crecer lleva en su crédito de realización justo el nombre de Ralph Barnette, como cogestor de la idea original, y quien confió muchas horas de su estancia en Cuba para colaborar nuevamente con la apoyatura logística y la experiencia artística.
De esa manera la familia de Cuba, Rapeando crece desde la solidez de afirmar un proyecto cultural que se sustenta en la autenticidad creativa de sus cultores.
Qué elementos unifican desde lo ético y lo estético a ambas expresiones culturales, este es un aspecto perceptible, cuando se escucha rap y jazz en una sección en que la música tiene la última y única palabra. La experiencia ya se vivió y hoy se perfila de manera que pueda sostenerse mensualmente.
El espacio en ese sentido no trata únicamente de alinear conceptos; sino, y sobre todo, de recrear esencias. Rap y jazz se fusionan en un ambiente distendido del cual pueden emerger tantas colaboraciones como motivos se sustenten en el día a día.
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Para ello el espacio televisivo se comporta como la primera vitrina de cuanto se está forjando en la Avenida Zanja. Músicos de la talla del propio Rubén Marín, El Liberto, Sigrid y su Soul Konnection, Negroons, El Limba y Rey Soul, John High, La Reyna y la Real, DJ Raymel, Dj Lino, Hay que Star claro, El opuesto, Suri Sáez, Ron con cola, Charly mucha rima y Los niches; los freestyle, en su mayoría jóvenes muy centrados en el camino de la creación, son solo algunos de los nombres que han iniciado este espacio y cuyos rostros fueron protagónicos en las recién pasadas emisiones televisivas.
Por el momento este es solo el comienzo de un largo trayecto que— iniciado en la sala Tito Junco—creció hasta la Agencia cubana de Rap y lo sigue haciendo porque por más difíciles que sean los tiempos un equipo de trabajo está empeñado en cohesionar alianzas, se suman colegas como Ralph Barnette para quien acercarse a la cultura cubana es también encontrar respuestas a la propia, y mientras, en tal conjunción se muestra que en la mayor de las Antillas, entre rap y jazz, sí, se rapea así.
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