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sábado, 5 de octubre de 2024

Con Santa y Andrés quiero acercarme más al espectador

El joven cineasta Carlos Lechuga adelanta detalles de su segundo largometraje de ficción…

Ana María Domínguez Cruz en Exclusivo 09/07/2016
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En el 2012 la película cubana Melaza me estrujó el pecho, me arrancó no pocas lágrimas y me hizo reflexionar y escribir un montón de cuartillas que al final nunca me dispuse a publicar.

Mucho antes de saber que fue la cinta galardonada como Mejor Película Latinoamericana en el Festival de Cine de Málaga, me propuse seguir la carrera de su joven director Carlos Lechuga, quien se graduó de la Escuela de Cine de San Antonio de los Baños con ese guión.

El rastreo por Internet me puso al tanto de su segundo largometraje de ficción Santa y Andrés, y la persecución real a la que quise someterlo me llevó a tenerlo cerca un rato, “dispuesto a conversar aunque tu manera rápida de preguntar me pone nervioso”.

—¿Será esta una película tan arrancadora de emociones como Melaza?

—Probablemente lo será más. Si te sucedió con Melaza, puede que no te resistas a Santa y Andrés. Esta es una película intimista, muy cercana al público, porque fue ese mi objetivo en el trabajo pensado con ella, sobre todo porque pude investigar más y dedicarle más tiempo que a Melaza.

“Luego de ver un documental me interesó mucho ese período de nuestra historia en la que algunos intelectuales homosexuales cubanos padecieron cierta censura y por ello me aboqué a la investigación.

Santa y Andrés es precisamente la historia de un encuentro entre una campesina que debe vigilar a un escritor homosexual no muy vinculado a la Revolución. Transcurre en 1983 en el Oriente de Cuba, y con el paso de los días surge algo entre los dos. No te puedo decir si es amor o amistad, es algo especial y se percatan entonces de que los unen más cosas que lo que los separa.

”Realmente no pudimos rodar la película en Oriente, tuvimos que recrear esas lomas y la cercanía del mar en las zonas de La Gallega, en la capital, pero aún así estoy contento. Fue un proceso de filmación muy difícil porque durante cinco semanas del verano de 2015 sufrimos esos récords de altas temperaturas que se registraron, y por eso estoy tan agradecido con las personas del staff que me acompañaron en el proyecto”.

—No tienes actores muy conocidos en la gran pantalla…

—Me gusta trabajar con gente que no veamos mucho en la televisión y el cine. Hace rato le eché el ojo a Eduardo Martínez y a Lola Amores, quienes además de ser pareja emocional, llevan más de 20 años trabajando en el teatro en El Ciervo Encantado, lo que les ha restado tiempo para asumir proyectos en otros medios. He pensado en ellos muchas veces, los vi casualmente en la calle, se los propuse y aceptaron. Con ellos fue muy cómodo trabajar y como director joven que soy aprendí mucho de esa relación.

Santa y Andrés es además la primera película para Luna Tinoco, músico del ISA y para George Abreu, y la segunda para César Domínguez. Me agrada saber que el espectador cubano amante del cine cubano se encontrará en este filme con caras no muy repetidas ya en la gran pantalla”.

—¿Melaza y Santa y Andrés comparten esencias?

—Sí, la verdad es que sí. No quiero hacer una trilogía pero ambas son como hermanas. En ellas hay una carga social importante, con la temática de Cuba, y de las películas que tengo pensadas estas son las más políticas.

“Con Santa y Andrés me sentí más libre. En las dos trabajé con amigos, son producciones independientes, y eso siempre te da seguridad y tranquilidad. Lo que me interesa es acercarme al público, y si lo logro, estaré más que satisfecho con las dos”.

—Mientras nos llega Santa y Andrés en diciembre próximo…

—Tuve la suerte de que me llamara Ernesto Daranas, director de Los Dioses Rotos y Conducta, para trabajar en el guión de la película en la que trabaja, titulada Sergio y Serguei. Esa función conlleva ayudarlo como director y al guionista, en una especie de curaduría. Ha sido muy satisfactorio para mí.

“Trabajo además en una película de vampiros. Ahora reescribo una segunda versión del guión que ya ha pasado por varias manos y ha ganado premios en algunos certámenes. Por ahora eso es lo que me inquieta”.

”Con el guionista cubano Abel Arco trabajo en una película que ocurre en 1898, a propósito de la Guerra Hispanoamericana. Y sigo trabajando con Santa y Andrés”.


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Ana María Domínguez Cruz

"Una periodista cubana en mi tercera década de vida, dispuesta a deslizar mis dedos por el teclado".


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