miércoles, 25 de septiembre de 2024

Cambiando el rumbo de la música afrocubana

En el segundo fonograma de Alejandro Cuenca y su Proyecto Nuestra Visión se fusionan elementos del jazz contemporáneo y de todos los tiempos, como el bebop o el free jazz, la música clásica, el canto lírico y de origen africano...

Maya Ivonne Quiroga Paneque en Exclusivo 26/07/2022
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Alejandro Cuenca
Próximamente, Cambiando el rumbo estará disponible en todas las plataformas digitales, anuncia Cuenca en el perfil de Facebook de su Proyecto Nuestra Visión.

El pianista cubano Alejandro Cuenca, radicado en México, líder del Proyecto Nuestra Visión, llevaba mucho tiempo tratando de hacer algo original donde poder volcar los conocimientos que tenía sobre composición y orquestación en un álbum más cercano al jazz y la fusión.

“Era una tarea complicada porque aunque desde hace diez años componía para diferentes formatos sentía que los elementos de la música eran repetitivos como tratando de imitar a algunas agrupaciones. Cuba es un país que en los últimos 50 años ha realizado un trabajo de experimentación increíble en el campo de la composición con diversos géneros y ritmos. Por lo tanto, tratar de buscar un proyecto original es muy complicado.

“Mi amigo Liber Amaro, que vive en los Estados Unidos y tiene conocimientos sobre el complejo mundo de la rumba, me acercó a ese género y a la religión yoruba, desde el punto de vista musical”, advierte el pianista y compositor.

Así nació la idea de grabar Cambiando el rumbo, segundo material fonográfico del Proyecto Nuestra Visión, integrado por ocho temas: siete de ellos de la autoría de Cuenca, basados en la ceremonia religiosa del Oru Seco y los toques de percusión dedicados a los distintos orishas o guerreros del Panteón Yoruba. La octava canción es Pensamiento de María Teresa Vera.

Cambiando el rumbo, segundo material fonográfico del Proyecto Nuestra Visión, está integrado por ocho temas: siete de ellos de la autoría de Alejandro Cuenca (foto: del perfil de Facebook del pianista y compositor)

Inspirado en el orden en que van entrando los guerreros, el primer track lleva por nombre Intro a Elegguá, explica y asegura que fue plasmando en cada arreglo diferentes timbres, colores, matices e instrumentaciones.

Cambiando el rumbo se grabó de manera independiente, en los Estudios de grabación Diamante Records y DBega, de Cuba, y PirAnimal Records, de México, con la participación de músicos de ambas naciones.

Por la parte cubana sobresalen los nombres de: Eduardo Sandoval Ferrer (trombón), los flautistas Yuniet Lombida Prieto y Orlando Valle (Maraca), Rubén Bulnes (voces, coros y rezos a Oshun), las raperas La Reyna y La Real, entre otros.

Para Cuenca resultó una gran sorpresa obtener su primera nominación al Premio Cubadisco, con su Proyecto, en la categoría De la tradición rumbera y ritual, más aún cuando en su fonograma se fusionan elementos del jazz contemporáneo y de todos los tiempos, como el bebop o el free jazz, así como la música clásica, el canto lírico y de origen africano.

¿Quiénes más te asesoraron en esta empresa desde el punto de vista de la religión afrocubana?

–El libro que tuve a mano fue Los tambores batá, de Fernando Ortiz. Pero me asesoré con algunas personas. En Cuba me acerqué al Callejón de Hamel, la Fundación Fernando Ortiz, la biblioteca de la Universidad de las Artes, donde obtuve más información sobre los tipos de toques batá que se usan en esta ceremonia. Para algunos músicos estos conocimientos son un poco secretos y no les gusta revelarlos, advierte.

En este CD la percusión ocupa un lugar fundamental. ¿Qué puedes comentarme al respecto?

–La percusión es el soporte rítmico y la base de todo el resto de la instrumentación que colorea y ornamenta cada uno de los arreglos. Aunque no es un disco de rumba, tiene una temática religiosa y el eje fundamental son los toques de tambores batá.

¿Consideras que este disco es innovador dentro del jazz y la rumba?

–Muchos críticos de jazz, de la música tradicional y radialistas a los que les he mostrado el trabajo han coincidido en que el material aborda una temática muy tratada desde Irakere hasta la actualidad. Sin embargo, este disco es un material de ruptura: logra una sonoridad nueva, una imagen renovada, a través de arreglos y orquestaciones novedosos. La soprano Lili Nogueras interpreta los cantos tradicionales que son orquestados. Cada uno de los temas tiene una instrumentación diferente.

“En el caso del track llamado Osaín Blues, es un bebop donde se sustituye la batería por los tambores batá, usando la estructura del blues. El tema El señor de las cabezas (dedicado a Obatalá) fue instrumentado con una guitarra eléctrica. Uso música techno en Oggun Report. Además, el rap o hip hop tiene una gran presencia, fusionado con elementos de improvisación.

¿Cuáles son tus nuevos proyectos en el orden artístico?

–Primero me gustaría dar a conocer este CD tanto en plataformas digitales como en festivales nacionales e internacionales. Algunos temas se estrenaron en Cubadisco 2020. Me ofrecieron hacer un lanzamiento que no se materializó por la pandemia de la Covid-19. Espero poder hacer su presentación en Cuba y en México. También me gustaría presentarlo en Colombia y los Estados Unidos.

“Ya estoy trabajando en la segunda parte de este disco sobre la misma temática. Prácticamente tengo escrita toda la música. Lo pienso grabar entre Cuba y Estados Unidos siempre buscando nuevos timbres y sonoridades.

“Además quiero estrenar en Cuba con mi quinteto, junto al Ensamble de vientos Nueva Camerata, que dirige Haskell Armenteros, una Misa a Babalú Ayé”, concluye el pianista.


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Maya Ivonne Quiroga Paneque

Periodista, locutora, guionista y directora de radio y televisión


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