lunes, 23 de septiembre de 2024

Reino natural en el Sur

La preservación del ecosistema de la Ciénaga de Lanier, uno de los humedales de mayor importancia de Cuba y declarado sitio Ramsar, es un hecho...

Diego de Jesús Rodríguez Molina en Exclusivo 05/02/2016
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El Día Mundial de los Humedales, pobladores e instituciones de la Isla de la Juventud compartieron el orgullo y compromiso por tener uno de los pocos sitios nacionales con importancia internacional, incluidos en la lista de las áreas con esa categoría, y mantienen el reconocimiento del orbe al sistemático cuidado y aprovechamiento racional de tan frágiles zonas.

Hoy, cuando especialistas cubanos preparan dos nuevas propuestas de humedales como sitio Ramsar, en la Península de Guanahacabibes y el Humedal Sur de los Palacios, ambos en la occidental provincia de Pinar del Río, la experiencia pinera de casi tres lustros en el manejo integral de tales áreas alienta a profundizar ese camino.

Actividades encaminadas a aumentar la sensibilidad de la sociedad acerca de los valores de los humedales, beneficios y protección son realizadas por niños, autoridades y demás vecinos que viven y trabajan en las inmediaciones de la Ciénaga de Lanier y en el Sur de la ínsula, declarado sitio Ramsar al calor del 2 de febrero, que recuerda el día de 1971 de la firma de la convención internacional sobre los humedales (Convenio sobre los Humedales de Importancia Internacional) en la ciudad iraní de Ramsar.

Pero las iniciativas y la cooperación aquí en torno a la preservación del referido ecosistema no son exclusivas de un día, sino del accionar colectivo como parte de una estrategia integrada en la que sobresalen desde alumnos y maestros de la escuela del poblado de Cocodrilo, Máximo Cainet; hasta hombres y mujeres que laboran en Flora y Fauna, Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente y  en la gestión turística.

Entre los temas está el manejo del agua y los humedales, así como las tareas para la mitigación de los efectos del cambio climático.

A casi 15 añosdel reconocimiento de Ramsar, el único tratado ambiental ocupado de un ecosistema particular (Convenio de Ramsar), los especialistas y pobladores vinculados con la preservación de este humedal de importancia en el país, acumulan razones para seguir descubriendo potencialidades.

SINGULARIDADES DEL HUMEDAL

El ecoturismo y otras modalidades responsables en los humedales, por ejemplo, aportan al fortalecimiento de la economía, devienen medios de vida sostenibles y contribuyen al desarrollo de poblaciones y ecosistemas saludables.

La Oficina de la Convención de Ramsar, con sede en Suiza, también declaró a inicios del actual siglo en el mismo estatus a: Buenavista, en Sancti Spíritus; Gran Humedal del Norte de Ciego de Ávila; Humedal Biramas, en el delta del Cauto, en Granma y Las Tunas; y Río Máximo, perteneciente a Camagüey. A la Ciénaga de Zapata ya se le había concedido dos años antes.

Sin embargo, los parajes pineros conforman un humedal singular por incluir tres grandes ecosistemas: de costa, bosques y de la referida ciénaga, que atraviesa a la ínsula centralmente, con rumbo oeste-este-nordeste, desde la ensenada de la Siguanea hasta la boca oriental de Sanjuán, cual barrera geográfica natural que divide el norte de la llanura cársica del Sur, extendida hasta las zonas marinas aledañas.

En conjunto, esa área atesora admirable biodiversidad, hermosos paisajes y valores ecológicos, económicos y socioculturales, que la hacen única en el Caribe. Más de 126 000 hectáreas, de ellas 88 160 terrestres y 38 040 marinas, abarca esta zona de origen más reciente que el resto del territorio y que conserva una naturaleza virgen con abundantes árboles de maderas preciosas.

Considerada una llanura cársica, a través de la cual se realiza el drenaje subterráneo que desemboca en el mar, la región Sur carece de corrientes superficiales, ya que los ríos confluyen al norte de la Ciénaga de Lanier, que de hecho se convierte en punto de descarga de las aguas y recarga de esa llanura, devenida mayor reserva natural de agua dulce del archipiélago de los Canarreos.

ABUNDANTE VIDA

Tales características influyen en que sus costas sean bañadas por aguas transparentes que favorecen formaciones coralinas y un atractivo relieve submarino que da vida al Parque Nacional Marino Punta Francés, al Centro Internacional de Buceo y escenario de los eventos de fotografía submarina FOTOSUB.

En la referida llanura el drenaje subterráneo se realiza a través de una densa red cársica formada por hoyos y casimbas, que en ocasiones permiten a las lagunas interiores de agua dulce (cenotes) o salobres comunicarse con el mar.

Componen su flora 556 especies de plantas superiores y 13 de helechos; con un endemismo de aproximadamente 105 especies, algunas estrictas para el Sur.

Bien representada está la avifauna cubana, con especies relevantes desde el punto de vista científico, biológico, estético y cinegético.

Unas 52 de ellas se clasifican como residentes locales, entre las cuales 15 son propias del lugar, como la cartacuba, el carpintero verde, el tocororo y la cotorra.

Al centro de la ciénaga, en Cayo Potrero, el criadero del cocodrilo cubano realiza estudios para aumentar su población y reintroducirlo al medio. De la rica fauna de reptiles, con unas 20 especies, seis son endémicas.

Entre los mamíferos se encuentran subespecies de jutía conga de Cuba y la jutía carabalí, propia de la isla, además de murciélagos.

La fauna marina sobrepasa las 1500 especies, entre peces, corales (más de 45 especies), gorgóneas, esponjas, crustáceos, moluscos, gusanos de mar y otros.

Importante sitio de nidificación constituye la región para especies como la torcaza cabeciblanca, que lo hace en bosques y manglares.

Mayor importancia dan los residuarios arqueológicos de una cultura precolombina que dejó pictografías en varias cuevas, entre ellas las de Punta del Este, Monumento Nacional y Reserva Ecológica junto a la Ciénaga.

A lo largo de 81 km se extiende la costa sur, formando un arco cobijado por numerosas caletas y 31 km de playas, donde desovan quelonios, que alternan con ciénagas costeras y acantilados, a los cuales escolta por el norte el llamado bosque semideciduo sobre caliza, que señorea la amplia zona.

Y gracias a las estrictas medidas conservacionistas, desde el plan de ordenación forestal para el manejo del bosque, hasta el Área Protegida de Recursos Manejados en el propio humedal, cada palmo deviene aquí reino natural.


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Diego de Jesús Rodríguez Molina

Se han publicado 1 comentarios


Julio
 5/2/16 12:21

He visitado varias veces esa zona y en verdad es un lugar donde conservan muy bien su naturaleza con una diversidad que le da más encanto a toda esa zona sur, que creo que deberían aprovecharla más con fines turísticos y los visitantes puedan apreciar cuanto se hace en Cuba para el manejo integrado de ese humedal que es singular en el Caribe.  Julio

 

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