domingo, 29 de septiembre de 2024

La siesta en clase es buena para los niños

Mejora su comportamiento y su coeficiente intelectual...

en Telecentro TelePinar 09/06/2019
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Siesta
De cada 2.928 niños, los investigadores recopilaron datos sobre la frecuencia y la duración de las siestas (Foto: Universidad de Pensilvania)

Una siesta a mediodía otorga mayor felicidad, autocontrol y autoestima a los niños de entre 10 y 12 años, según una investigación de la Universidad de Pennsylvania y la Universidad de California, Irvine, publicada en la revista SLEEP

La investigación se desarrolló con casi 3.000 estudiantes de cuarto, quinto y sexto grado de entre 10 y 12 años y constató también que esos niños muestran menos problemas de comportamiento, así como un coeficiente intelectual más alto, especialmente en sexto grado. 

Los hallazgos más sólidos se asocian con el logro académico, explica Penn Adrian Raine, coautor del artículo, en un comunicado. "Los niños que toman una siesta tres o más veces por semana se benefician de un aumento del 7.6% en el rendimiento académico en sexto", precisa Raine. 

La deficiencia de sueño está generalizada en el ámbito escolar, ya que la somnolencia afecta hasta al 20% de todos los niños, añade el autor principal del estudio, Jianghong Liu. 

Para obtener este resultado, el estudio se centró en los datos de un estudio creado en 2004 en China para seguir la evolución de los escolares desde su infancia hasta la adolescencia. 

Recurrieron a esta base de datos porque en Estados Unidos la siesta infantil se suspende a medida que los niños crecen, pero en China está integrada en la vida diaria y continúa durante la escuela primaria y secundaria, hasta la edad adulta. 

Estudio exhaustivo 

De cada 2.928 niños, los investigadores recopilaron datos sobre la frecuencia y la duración de las siestas entre los 10 y los 12 años (de cuarto a sexto grado de primaria). También sobre el sentimiento de bienestar, índice de masa corporal y niveles de glucosa. 

Añadieron datos facilitados por los docentes sobre comportamiento en clase y rendimiento académico y luego asociaron esos datos con la práctica de la siesta, teniendo en cuenta el sexo, el grado escolar, la ubicación de la escuela, la educación de los padres y las horas de sueño nocturno. 


Se trata del primer estudio exhaustivo de este tipo, destaca la investigadora Sara Mednick. “Estudios anteriores han demostrado que las siestas infantiles mejoran el rendimiento académico lo mismo que una noche completa de sueño, pero en esta investigación incorporamos información sobre medidas conductuales, académicas, sociales y fisiológicas”. 

Como era de esperar, agrega Mednick, "mientras más duermen los estudiantes durante el día, mayor será el beneficio de las siestas en muchas de estas medidas".


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