Nosotras las mujeres llevamos nuestra cartera para todos lados, de la casa para el trabajo, la escuela, el baño, la guagua. No hay mujer que salga a la calle sin su cartera. Y es que es ese el accesorio que nunca olvidamos por su funcionalidad y estética. Cuando llegamos a casa la dejamos lo mismo en la mesa de la cocina, donde se preparan los alimentos, que en la cama donde dormimos.
En la actualidad los hombres también pueden usar accesorios de naturaleza femenina, como son las carteras, sin perder su masculinidad. Ellos usan bolsos para ir hacer ejercicios, para el trabajo, la mochila para la escuela, entre otros; ellos también están expuestos a bacterias dañinas para la salud.
Las carteras, bolsos y mochilas están constantemente en contacto con las manos y con muchas superficies, por eso el riesgo de transmisión de microbios es muy alto, sobre todo si no se lavan frecuentemente, hábito que no tenemos.
Según investigaciones, una de las carteras más peligrosas son las de cuero, ya que su superficie es porosa e ideal para que se reproduzcan las bacterias, pero no por ello quedan fuera las de vinil y las de tela. Estudios han demostrado que las carteras no solo tienen altos índices de microbios, sino que además son de los más peligrosos, como aquellas bacterias que pueden causar infecciones en los ojos, y estafilococos que dañan la piel.
Una vez que los gérmenes están en los bolsos es muy difícil que no se propaguen a través de nuestras manos, por los que recomendamos lavárnoslas y limpiar las carteras o bolsos con gel o jabón de PH neutro para quitar todas las impurezas de la calle.
Si ponemos la cartera encima de la cocina o en la cama es lo mismo que si colocamos un par de zapatos, por lo que es importante tener cuidado y cuidar a nuestra familia de infecciones que se pueden prevenir con una buena higiene.
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