viernes, 20 de septiembre de 2024

¿Cuánto ha cambiado el Chelsea con Frank Lampard en el banquillo?

El novel entrenador ha logrado revertir la imagen de un conjunto necesitado de un proyecto sobrio y ganador ...

Haroldo Miguel Luis Castro
en Exclusivo 24/09/2019
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Lampard
Luego de transcurridas las primeras seis fechas de la Premier League, el club londinense se ubica en la oncena posición (Foto: AFP).

El final de temporada dejó para los del Chelsea un sabor agridulce en el paladar. La conquista de la Europa League y el tercer puesto conseguido en el campeonato doméstico—solo superados por los fantásticos Manchester City de Josep Guardiola y Liverpool de Jurgen Klopp— apenas lograron dibujar media sonrisa en la cara de quienes ya auguraban, y con razón, la inminente salida del belga Eden Hazard, y esperaban con impotencia el paso de un mercado de fichajes obligados a ver desde el cordón de seguridad.

Encima, la “escapada” de Maurizio Sarri hacia la Juventus de Turín, supuso cuanto menos el inicio de un caos matizado por la búsqueda de un entrenador lo suficientemente loco como para sentarse en un banquillo volátil y acechado por los malos augurios de la desilusión y la mediocridad.

Apareció entonces—aunque siempre estuvo ahí—Frank Lampard. Al eterno capitán y máximo goleador blue, hombre de casa al fin y al cabo, le sobraron argumentos para enfilarse primero en una exigua y poco prometedora lista de candidatos. A su favor jugaría la memoria afectiva de una afición agradecida, la credencial de un competente comienzo por el escabroso camino de la estrategia de la mano del modesto Derby County y, por supuesto, un contexto que demandaba a gritos la puesta en marcha de una solución arriesgada; la cual se confirmó con la selección de Jody Morris en calidad de asistente.

Lampard asumió los galones y enseguida protagonizó una pretemporada que dejaría sombras por todos lados al mostrarse incapaz, al menos en un inicio, de materializar una filosofía y expresión futbolística reconocible. El debut liguero tampoco trajo buenas sensaciones. A la altura de la sexta fecha, los de Stamford Bridge ya pactaron tablas con los discretos Leicester City (1-1) y Sheffield United (2-2), vencieron al Norwich City (3-2) y al Wolverhampton, y cayeron frente al Manchester United (0-4) y el Liverpool (1-2).

Sin embargo, por raro que parezca, el joven seleccionador ya logró lo que nunca pudo conseguir Sarri: ilusionar a la hinchada y convencer a la plantilla con su propuesta.

El cambio de los londinenses se percibe en la práctica de un balompié mucho más dinámico y vertical, donde la tenencia del balón y la culminación de las acciones resultan vitales. De su paso por la Championship mantiene el carácter propositivo y la preferencia de iniciar los recorridos desde las bandas hacia adentro, con extremos con marcada proyección al ataque, capaces de desbordar y de internarse en el centro del campo con la finalidad de romper líneas enemigas.

Si bien la sensación de anarquía en la zona medular de la cancha persiste, la tenencia de figuras hábiles en espacios cerrados le ofrece cierta frescura y garantía para bascular de un costado a otro, cuando la presión rival impide ensamblar con fluidez. A “Frankie” se le elogia, sobre todo, su capacidad para conectar y exprimir al máximo las potencialidades de los exponentes más jóvenes. Hoy, la columna vertebral de una “revolucionada” alienación. El fichaje de Christian Pulisic (Borussia Dortmund), la continuidad de Mateo Kovačić, la vuelta de Fikayo Tomori, Mason Mount (ambos del Derby County), Kurt Zouma (Everton), Tammy Abraham (Aston Villa) y Michy Batshuayi (Crystal Palace) ha solapado el entuerto que se vaticinaba tras la salida de Hazard, David Luiz y Gonzalo Higuaín.

A todo esto, se le suma la extraordinaria capacidad de acondicionamiento a las distintas lecturas del partido. Si con el DT italiano el equipo se caracterizó por el inamovible dibujo táctico del 4-3-3, con Lampard ocurre todo lo contario. En lo que va de ciclo competitivo, el excentrocampista ya puso en práctica esquemas como el 4-2-3-1, el 3-4-2-1 o el 3-4-3; y ha utilizado alrededor 18 titulares diferentes. A simple vista el Chelsea se antoja el conjunto menos fuerte del llamado top six. Alcanzar una posición honrosa en la siempre competitiva Premier League parece la máxima prioridad de una oncena con escasas perspectivas de avanzar demasiado en la Champions. El novel y mimado seleccionador tiene crédito suficiente para llevar a cabo un proyecto con miras al futuro inmediato, pero para ello deberá trabajar. El fútbol y el tiempo dirán la última palabra.


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Haroldo Miguel Luis Castro

Periodista y podcaster


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