Fijo…y móvil

Tengo celular, pero sin línea, cada vez que reúno alguna divisa, las necesidades me obligan a desviarlas en sentido contrario a esa aspiración.

Una urgencia me ha hecho recapacitar nuevamente en la necesidad  de comprar una línea de cel, sin abandonar  mi obsesión de utilizar el aparato como agenda y recordatorio.

El problema fue de Primeros Auxilios, lo que siempre agradezco, pues  pienso que no hay con qué retribuirle su trabajo a personal médico, incluyendo doctores, enfermeras, personal de limpieza, ambulancieros... etc.

También de primeros auxilios fue la necesidad de comunicarme con los míos para darles el parte de que todo iba bien y ahí fue donde estuvo mi dilema.

Varios teléfonos fijos funcionando con regularidad estaban a disposición de todo el público en las afueras de aquella sala de urgencias, incluyendo a los que olvidan que están ubicados allí para comunicaciones de premura.

El problema no eran los aparatos llamados fijos (aunque algunas personas los hayan convertido en móviles al robárselos), el rollo estaba en como marcar el número de la tarjeta prepagada en aquella oscuridad. La complicación no era tan enredada como el paso de la tecnología analógica a la digital, era algo más sencillo: crear verdaderas condiciones donde se va a ofertar un servicio de telefonía pública.

Conformarnos con que están los teléfonos en buen estado, pero sin permitirle marcar su numeración a personas como yo que ya necesito espejuelos, es dejar la funcionabilidad del servicio a la mitad.

Como nuestra contemporaneidad está marcada por la tenencia y dependencia de los móviles o celulares, ya poco nos percatamos de estos imprescindibles aparatos. Su utilidad es innegable, sobre todo para aquellos que ahorran el crédito del celular.

Una alta tasa de teléfonos públicos  ya no funciona con monedas, aunque tengan su ranura y garganta dispuesta a quedarse con tus centavos. Las tarjetas telefónicas prepagadas han venido a resolver el dilema de donde cambiar billetes por monedas, pero en la oscuridad cualquier gato es pardo.

En mi strees por comunicarme pensé en los miembros de la Asociación Nacional del Ciego (ANCI). ¿Por qué estas tarjetas telefónicas no llevan adjunto un sistema braile?

He montado en modernos ascensores donde sus teclas llevan los números a relieve, algo que se agradece, no solo por las personas con estas limitaciones. Ojalá esta aplicación se haga extensiva a toda la ciudad y aparezcan direcciones, nombres de calles, paradas de ómnibus, etc en este singular sistema.

En lo que se iluminan estas concurridas áreas de telefonía, no solo por fósforos, fosforeras y luces de celulares, sino por un aceptable alumbrado publico, sigo ahorrando mis chavitos para estar en línea con el mundo.