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martes, 21 de octubre de 2025

 ¡Y la feria los junta!

¿Qué sentido tiene escribir un currículo, si no hay capítulos para reflejar lo más vital de tu existencia?... 

Mileyda Menéndez Dávila
en Exclusivo 21/10/2025
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Intimidades
Si los currículos fueran auténtico reflejo de nuestra evolución humana deberían incluir el devenir de los hijos (porque sus logros hablan mucho de los nuestros), y hasta de las parejas, o al menos de las más importantes (Jorge Sánchez Armas / Cubahora)

Este 21 de octubre cumple 60 años mi periódico, Juventud Rebelde, y digo mío porque ya llevo 24 años en la Gran Casa Azul, como suelen llamarle jocosamente los de adentro, y si la vida lo permite, con gusto me jubilaré en su nómina.

Muchos dirán que no es récord, pero quienes me conocieron el siglo pasado saben que es todo un average, pues antes de ser periodista (y cuasi sexóloga, que vivo del sexo hace 21 años) ejercí al menos diez oficios: operaria de una maquinita de hacer microyet, bisutera, tejedora, maestra desde primer grado hasta universidad…

Sumen a eso lo de jueza; secretaria y teletipista en una oficina comercial en el extranjero; cuadro de la UJC y del Poder Popular; jefa de brigada de abasto de agua en la agricultura ¡y ni me acuerdo cuántas más!, quizá porque implicaban pensar estrategias, pero sin plaza declarada.

Ya sé que esto es una crónica, no una autobiografía, pero justo en eso se fue una parte de mi tiempo la semana pasada: tengo dos grandes proyectos para el año que viene, uno de activismo y otro académico, y ambos me pidieron un “currículo actualizado, lo cual siempre me pone en aprietos porque no suelo apuntar lo que otros consideran importante (como eventos y cursos, dice la IA que me asesora), y a la par sí recuerdo otras experiencias cuya mención me hacen más apta para manicomio que para la universidad (según Jorge, porque la IA no tiene confiancita pa diagnosticarme). 

Pon todo, me recomiendan algunos. Quita esas cosas, se escandalizan los demás, y yo en el medio me revuelvo en un auténtico desasosiego, porque no me parece justo borrar de mi hoja de vida la poesía infantil, la experticia en sexo tántrico o el curso de maternidad responsable, y tampoco la etapa de radioaficionada o la subida a cuanta loma se me ha puesto delante, porque son justo esas vivencias las que me prepararon para abrazar a plenitud cualquier reto, si me apasiona y le veo utilidad para los otros.

Esa es mi muchosidad, como le encanta decir a la sicóloga y compinche de Senti2Cuba, nuestra Mirebel, para animar a cada uno de sus no-pacientes a ser como somos con naturalidad.

De hecho, si los currículos fueran auténtico reflejo de nuestra evolución humana deberían incluir el devenir de los hijos (porque sus logros hablan mucho de los nuestros), y hasta de las parejas, o al menos de las más importantes.

Eso lo digo con certeza de causa: mucho de lo que fui o hice tiene una altísima influencia de la persona que amé o me amaba en cada momento. No importa la intensidad o el lapso de ese vínculo, importa que su energía potenció mi creatividad ¡y viceversa!, porque, lo reconozcan o no, lo que son hoy muchos de ellos se lo deben al tiempo que compartimos juntos. 

Hay quien viene a este mundo a ser abismo y hay quien viene a ser puente, y yo puedo vanagloriarme de eso último con sano orgullo. Es más, dice una amiga que yo doy más visas que un consulado en navidad y más flechazos que el mítico Cupido, y parece broma, pero ha sido así: a no pocos de esos personajes los recogí del fango (emocional o literal, es justo decirlo), les di impulso para entender quienes eran y luego encontraron su pareja ideal, o su camino de ida y vuelta allende el mar.

¿Saben que más tienen en común? La ternura. La comunicación asertiva. El sentido del humor resiliente. La tranquilidad de mirarme a los ojos y saber que conmigo pudieron contar, y aún pudieran, si lo necesitan, porque aún disfruto lo bueno que me dieron y lo malo fue abono para seguir creciendo. 

¿Por qué ese tipo de atributos no cuentan en los requisitos declarables para aspirar a un título de posgrado u optar por financiación para ampliar un proyecto educativo?
No importa: la gente que me quiere sabe que es real, y el universo conspira para confirmarlo, pues justamente la pasada semana me tropecé con unos cuantos ex, en las redes o de manera presencial, y pude ver que ese respeto cariñoso y cómplice sigue vivo en casi todos.

¿No me creen? Sólo en la feria Granma-Rebelde tropecé con dos este sábado, y pudieron ser más, si hubiera estado los tres días activa, lo cual me da qué pensar: ¿Lo de buscar pareja en el gremio será tan efectivo como dicen en internet? 

Mi currículo no es concluyente en eso… pero mejor lo dejamos de tarea para otra entrada del blog.     


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Mileyda Menéndez Dávila

Fiel defensora del sexo con sentido...


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