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sábado, 30 de noviembre de 2024

He leído

Charlas sexuales desde un centro de aislamiento...

Mileyda Menéndez Dávila
en Exclusivo 18/03/2021
3 comentarios
Intimidades-18-marzo-2021
Intimidades-18-marzo-2021 (Jorge Sánchez Armas / Cubahora)

“Desde mi virginidad…”, comienza su relato Amián con cara de aparente ignorancia, y ya todos sabemos que atrás viene una bomba erótica con posible carácter autobiográfico, pero ni loco lo va a reconocer.

Yeirys y Olga ríen, prestando más atención, y Fabian se apresta a colar la cuchareta con su propia visión (o versión) del asunto. Tienen entre 20 y 23 años, y no exhiben espuelas de la calle porque han pasado buena parte de sus cortas vidas entre libros de Matemática y abstracciones de Física.

Estos cuatro personajes son los jóvenes de mi tripulación, y cuando no están en zona roja o estudiando en sus PC, se reúnen en la terraza o en el patiecito de zona verde para filosofar y dar cuero. Para hablar de pasiones y desamor, de sustos y sueños, de tamaños y funciones… no precisamente lineales.

Algunos de ustedes ya lo saben: llevo 15 días en un centro de aislamiento para contactos de personas con COVID-19. Vine voluntaria como parte de la primera tripulación en el InSTEC, Instituto Superior de Tecnologías y Ciencias Aplicadas, en La Quinta de los Molinos. El Alma Mater de mi hijo, que no está aquí, pero me dio luz verde para hacer este experimento social con su novia y su mejor mejor mejor amigo… Todo un lujo.

El tema coge temperatura, las risas y réplicas suben de volumen y alguno se vira hacían mí, buscando alianzas o respuestas neutrales. Si se me ocurre compartir alguna de las historias que ustedes conocen, mi nuerita se pone colorada y mira al cielo en gesto de reproche: “¡Y por qué no pudo tocarme una suegra menos rara!”.

Aún no me perdona el chucho en el Proyecto Delta, cuando dije provocadoramente que no sabía si David tenía novia, consciente de que ambos estaban en el público. Lo peor, insiste ella, es que entonces no lo eran… formalmente, pero algo había, que no sabe nombrar, y yo sentencio como complejo de Edipo.

Alguien habla de hacer el amor con mujeres de experiencia y Amián recobra el control: “He leído…”, y allá va con otra de las suyas. A cada rato se burla del romanticismo wasapiano del Fabi, de los celos confesos de Olguita, de la simpática ñoñería de Yei (en quien tengo puestas las esperanzas para ser abuela a la vuelta de una década).

Hablan a gritos y con giros de las series españolas. Sus razonamientos son una mezcla de Freud con Luisma, de Calviño con Elpidio Valdés. Realismo sucio en el lenguaje, ternura franca en el corazón. Nada de alarde de superpoderes ni planes de comerse el mundo, empezando por un manjar de entrepiernas.  

Sus charlas se arman desde postulados feministas que ni siquiera reconocen con tal sello. Me asomo a esos debates e internamente me divierto. A veces meto la cuchareta para escandalizar si el ambiente se tensa, o para tensarlo si andan demasiado cómodos sobre empedrados prejuicios del más decimonónico patriarcado.

Fabi es menudo, inquieto, voluble, enamoradizo, extrovertido. Olguita es alta, dulce, de seno generoso y cara de Madonna renacentista. Mi nuerita soy yo en alma y geometría, un poco más baja, rellenita y peleona, y Amián es un mulato hecho a mano, a ratos ruidoso, a ratos concentrado, que se queja de estar sin novia hace meses, y es fácil creerle, porque no cualquier chica puede llenar ese corazón y seducir a esa mente.

“Tengo entendido…”, arremete con otra de sus parábolas, y Fabi cuenta en directo sus aventuras en ese campo, desatando la risotada general.

Ah, pero si se habla de juguetes sexuales el asunto es otro: Amián hace gala de sus conocimientos y disponibilidad casera; Fabian cuenta de excursiones en tiendas mexicanas y Olguita reconoce sus reservas con el vibrante asunto.

Yeirys confiesa que su experiencia más fuerte con ese tema fue levantarse con sed la primera noche que se quedó en mi casa y pegar un brinco al ir a buscar agua en el refrigerador, donde se conservan a la vista los regalos de silicona de Boleyn.

No les cuento del brinco que dieron ambas cuando le puse una pilita del mando del televisor al “pintalabios” que siempre viaja en mi cartera. El debate enrumba sobre los usos, riesgos y modelos de tan polémicos objetos, y es el turno de mi doble de parapetarse: “Según he leído…”.


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Mileyda Menéndez Dávila

Fiel defensora del sexo con sentido...

Se han publicado 3 comentarios


Liss
 9/4/21 0:48

Jajaja vaya cosas las tuyas Milo. Me encantó este post y me recordó cuando trabajé en la biblioteca central d la UH, éramos todas chicas y en los horarios libres nos reuníamos a chismear así. Lo del pintalabios me ha dejado boquiabierta, pq leí de esos juguetes en una saga de novelas eroticas pero jamás creí que fueran algo real

puntualita91
 20/3/21 9:25

Ñioooooo. Si mi suegra me hace esas cosas yo corro, Milo. Ella es del campo, yo creo que ni con su marido habla esas cosas, imagínate conmigo con otros delante de mí. Mi jevito la encierra en Mazorra, como dice ella cuando salimos onda miki con nasobucos de calavera (o salíamos, prq ya)

Carlos de New York City
 18/3/21 15:15

 la Verdad , " me quede BOTAO ' con todo el respeto y cariño como amor que siempre aprendi a Profetizarle  a la Mujer , Pero este Post ( escrito ) sinceramente , no entiendo. no comprendo , que quiere decir .... en otro momento que buscare , prometo ,entrar de nuevo a este Blog en particular y me detendre en cada letra y parrafo "para mirar leyendo que quiere decir al final de  este Cuento.

" De Todas maneras un consejo a los Jovenes y tambien adultos "porque hay hombres que han caminado mucho y nunca sembraron las mismas raices y tuvieron historias que otros "porque no todos nacemos con la misma estrella ni sabemos dar ese respeto a la mujer "para que ellas no sirvan de testigos y Voceros a la misma vez ..." ya que una mujer (o) amiga , seria nuestra mejor carta de Triunfo en la Vida " ya que ella cuando habla entre amigas y vecinas " dirá de nosotros lo que ella sabe y nos conoce,..... la fama de uno partirá siempre del secreto de una mujer hasta en chismes de ellas, que por cierto; " son todos buenos "

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