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viernes, 19 de septiembre de 2025

Fastidiar empujando

Una cosa es con guitarra y otra con violín...

Félix Arturo Chang León
en Exclusivo 19/09/2025
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Dicen que el que empuja no se da golpes. (Alfredo Lorenzo Martirena Hernández / Cubahora)

Cuando todavía no estaba construida la casa que en Sancti Spíritus llaman la de los refranes, ya Tomás Alvarez de los Rios estaba interesado en ellos, sobre todo los usados por los campesinos que visitaba para hacer sus reportajes en el periódico Vanguardia.

Una vez, cuando le pedí que me trasladara desde Guayos hasta Santa Clara un lunes que era el día de ir a pasar la semana en el diario de la entonces provincia de Las Villas, llegué a las 4 de la madrugada a su casa, pero no le avisé de mi presencia.

Al verme cuando abrió la puerta para salir, expresó su preocupación porque al no llamarlo, creyó que no llegaría a tiempo, pero en vez de explicarle que la causa de la exagerada anticipación era por el horario del transporte, le dije: al que madruga, Dios lo ayuda.

Entonces, lentamente respondió: eso mismo dijo el que se encontró temprano cinco pesos, pero… para que pudiera hallar ese dinero, tuvo otro que madrugar más que él, y fue al que se le perdió.

Mientras calentaba el motor del vehículo, estuvimos él diciendo un refreán, y yo respondiendo con otro que lo contradecía, hasta que para finalizar la controversia, soltó: Acaba de montar y vámonos que tu tienes la parte más fácil porque en esto y en periodismo, es más fácil desde la oposición.

Al momento no valoré la magnitud de sus palabras en aquel diálogo sostenido allá por la lejana década de los 70 del siglo pasado, hasta hoy que observo en las redes sociales, tanto las del ciberespacio como las callejeras cómo hay quienes se dedican a fastidiar, unos involuntariamente, y otros con ta mala fe de que son capaces.

Dentro de los zapatos del comunicador o en la piel del periodista, he tratado de ponerme también en el lugar de esos personajillos mal intencionados, y en un ejercicio conmigo mismo y contra mí mismo, llego a la conclusión de que en estos casos, en estos tiempos, es más fácil contradecir y sembrar dudas que defender un criterio.

En una discusión conmigo mismo, ha llegado un momento en que uno de mis yo está ganando, la discusión, entonces con todos los argumentos al alance, los hilvano de forma contundente, irrebatible, sin lugar a que mi otro yo, el contrario, pueda ripostar.

Cuando uno de mis yo está a punto de proclamarse vencedor, al otro yo contrincante se le ocurre elogiar el punto de vista que toma ventaja en el debate, acepta no tener la razón y expresa alegría al saber que con tal decisión o medida, el problema se está solucionando.

Como que tanto en un caso como en el otro soy yo mismo aunque se trate de un ejercicio para comprender a los que informan, a los que desinforman, y a los que fabrican las falsas noticias que prefiro denominarlas fake news, el final es que me veo atrapado entre dos fuegos amigos.

Comprendo entonces lo difícil que es estar en el bando de los que defienden e informan si el otro se dedica a fastidiar, pues otro yo, burlonamente, me dice que está demostrado entonces todo lo malo que le endilgó a los que gobiernan, pues todo tiene solución, pero no la saben buscar como en el caso que acabo de explciarle.

Me doy una tregua, pongo la situación en contexto, tanto espacial como temporal e interiorizo que las acciones se escogen dentro del estrecho margen de lo posible mediado por las características de los decisores, y en este alto al fuego acumulo enorme cantidad de ideas.

Mucho tiempo demoré en organizar la información, y de pronto, noto que el otro yo, el que fastidia, ya tiene preparada la respuesta corta, muy breve, con una carga de argumentos emocionales fáciles de aceptar en medio de un apagón que ocurre en un escenario de distorsiones y una economía que tiene que ser reimpulsada.

Imposible dar por terminada esta nota en la que Tomás tiene toda la razón porque la vida demuestra que estar en contra para fastidiar, aunque no se tenga la razón es más fácil, porque una cosa es con guitarra y otra cosa con violín, pues lo que se prevé como acción a realizar difiere muchas veces de lo que puede hacerse.

Además, el que empuja con hipercríticas cargadas de autosuficiencias y mala fe, no se da golpes, pues los recibe el que hala, el que va al frente.


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Félix Arturo Chang León

Periodista cubano de origen chino que nació y vive en Cuba. Santa Clara. Dirigió el periódico Vanguardia durante 16 años.


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