Cuando le envié por correo electrónico al colega Octavio Expósito el enlace de El Cordón de La Habana creí que respondería hablando de nuestras andanzas periodísticas en 1968 por la periferia capitalina, donde millares de personas realizaban jornadas de trabajo voluntario en los cafetales, y sobre todo que recordaría cómo en muchas movilizaciones se escuchaba por los altavoces la melodía de “La chica de los ojos café” (Mírenla caminar, es tan bonita/La muchachita, sale a pasear/Va por la calle siempre balanceándose/es la muchachita de/de los grandes ojos cafés/qué linda es...).
Sin embargo, comenzó con una referencia a la nota titulada El marañón, “la fruta de la memoria” Octavio empezó agradeciendo al autor, el Dr. Alberto Quirantes, que en esa lectura se enteró de los tantos nombres del fruto: Anacardium occidentale, anacardo, caguil o merey y sobre todo del apodo de “la fruta de la memoria”, porque entre todos sus beneficios está el ayudar a las funciones del cerebro.
Hasta ahora —abunda el colega— solo sabía que le decían “aprieta la boca”, y nunca se había interesado por averiguar las tantas propiedades nutricionales ni conocía que tuviera alta demanda a nivel mundial como informa Quirantes: “En los años noventa y comienzos del siglo XXI hubo un aumento en las exportaciones de anacardo, convirtiéndose en uno de los alimentos con mayor demanda en el mundo”.
Cuando creí que no había leído la nota sobre el plan habanero, explica: “…como dice el doctor, ‘en Cuba el marañón no es común verlo en nuestros mercados y no constituye una preferencia en nuestra mesa’, pero eso no sucede únicamente porque abandonamos su cultivo como sucedió en el Cordón de La Habana con el café y el frijol gandul que se le intercaló, sino también porque lo fuimos talando y descuidando en beneficio de otras actividades”.
Octavio (casi 70 años de edad) también comenta que hasta en adivinanzas infantiles de su niñez se preguntaba cuál es la fruta con la semilla por fuera, y resulta que consideraban simiente al fruto real.
Lo cierto es que por “apretar la boca” nunca fue un bocado predilecto, pero en lugares como Trinidad, y sobre todo en Casilda, era común la venta de la semillita tostada o molida y con forma de tabletas o piloncitos.
Y quienes por esa zona creyeron que con el desarrollo turístico lograrían atraer clientes ante su forma curiosa, no lograron mucho más allá de conseguir que fueran fotografiadas gratuitamente por los visitantes foráneos que miraban el fruto expuesto a la entrada de los hoteles Costasur y Ancón, ubicadas en el sureño litoral de Sancti Spíritus.
En el otro extremo, en la costa norte, en 1960, en un lugar de la provincia de Villa Clara conocido como Motembo, se inició la siembra de árboles frutales (anón, coco, cítricos, ciruelas) y estaban incluidas 40 caballería de marañón, de las cuales hoy muy pocos se acuerdan, a pesar de que su consumo favorece la memoria.
Dos o tres años más tarde, en Casilda casi la mitad de las áreas de marañón resultaron taladas con el propósito de sembrar alimentos para el ganado (pangola) y posteriormente boniato, sin que en la actualidad haya ni lo uno ni lo otro. Lo que queda de esos árboles deja caer cada año al suelo cientos de marañones que sirven de alimento a los animales o se pudren.
Una llamada telefónica de Octavio. Había olvidado comentar que considera buena idea que el Grupo de Agricultura Urbana y Suburbana esté estimulando que en los alrededores de las comunidades y ciudades, grandes o pequeñas, se esté fomentando la siembra de árboles frutales y se incluya también el café, a pesar de que no esté el marañón... “Y aunque no se llame Plan Cordón —afirma—, que exista, crezca y no sea algo transitorio”.
ernestoh
13/8/18 11:21
De los subproductos del marañón, el de mayor comercio es la nuez descascarada o almendra, la cual se cotiza según diversas calidades, que están definidas por el tamaño, color, humedad, y grado de partido. Los mayores productores de nuez de marañón en el mundo son Vietnam (28.9% al 2011), Nigeria (19.5%), India (15.7%), Costa de Marfil (9.1%) y recientemente Brasil (5.3%) (FAOSTAT, 2013).
Los mercados más grandes para LCSM son los Estados Unidos, Reino Unido, Japón y Corea del Sur.
Si se busca informacion Vietnam es el maxino exportador a Estados Unidos y Canada, me parece que nosotros estamos mas cerca, seria factible potenciar su cultivo y la industria asociada.
senelio ceballos
2/12/16 6:09
..JAJAJA..Saludos Lic. Arturo Chang....Vale!! vale!!! CHINO....No debemos olvidar a nuestro genial ..Tomas Roig ni a mi profesora de Botanica ..Prof. Gloria EPD..de mi amado Instituto Alvaro Reynoso /Gelpi -Mtanzas....Es una de las pocas frutas en el mundo, que mantiene la semilla fuega de la fruta.. DECIR, nosotros lo que comemos ES EL JUGO del pedunculo!!!....Te dire que donde mas arboles juntos vi en toda mi viad fue en el municipio de ..p. BETANCOURT de la provincia Matancera...alli por geniales tradiciones culturales...LAS CERCAS de los potreros son de piedra y cada varios metros sembraban una mata de .marannon o de naranja agria....Chino, como debemos aprender aun de nuestros gallegos-cubanos..cont Mis saludos Ing ruso-cubano /El guajiro de Guadalupe
Arturo Chang
26/11/16 8:04
Cuando el Dr Quirantes dice: "Aunque en Cuba el marañón no es común verlo en nuestros mercados y no constituye una preferencia en nuestra mesa, miles de compatriotas viajan cada año a diversos países donde si existe la disponibilidad y costumbre de su consumo.", se está refiriendo a las pocas posibilidades de probarlo ni siquiera en almíbar.
Le agradezco su comentario.
Yaima Mesa González
25/11/16 13:20
Le seré sincera, leí su artículo porque en el título aparecía la palabra marañón, fruta que me encanta. En mi niñez (nací en 1983 y los años niños fueron en Florida, de Camagüey) era frecuente que yo viera marañones, comerlos no me era tan frecuente porque al natural no me gustaba mucho su sabor, pero la semilla tostada me encantaba. Después, me mudé a La Habana y no vi marañones casi, olvidé un poco su sabor, excepto que te ´´aprieta la boca´´, y ya ni me acordaba de las semillas tostadas. Hasta que hace unos pocos años comí unas nueces traídas del exterior, digo nueces porque así se leí en el envase: noix de cajou (nueces de cajou en francés), que me encantaron tanto que decidí investigar y descubrí algo así como el agua caliente: eran semillas de marañón tostadas. Poco después degusté por primera vez un membrillo de marañón y dulce de marañón en almíbar, deliciosos. Por lo que discrepo con: ´´… no constituye una preferencia en nuestra mesa´´ , porque al cubano que pruebe un marañón en almíbar bien hecho y no le guste o es diabético o no le gusta el dulce o no tiene paladar para el dulce.
Teresita
7/6/18 10:43
Estoy totalmente de acuerdo con Yaima. El dulce de marañon en almíbar es exquisito. En mi casa en Camaguey había rojo y amarillo, en abril nunca faltaba ese dulce y mis hermanos tostaban las "semillas" con leña sobre planchas de zinc. No se ve en los mercados o en las mesas cubanas porque por nuestra culpa, el marañon se ha convertido en un árbol en vías de extinción.
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