En el afán por otorgar estímulos morales (tan necesarios) en las décadas de los 60 y 70, y menos en los 80 del siglo pasado, se entregaban diplomas, muy fáciles de confeccionar en aquellos años, hasta sin acudir a una imprenta profesional, pues en un buen número de entidades tenían los llamados “esténcil” en los cuales se imprimían las cantidades necesarias de hojas.
Los aparatos de esténcil se hicieron obsoletos, dejaron de tener repuestos e insumos, y ya en el segundo milenio aparecieron las impresoras asociadas a las computadoras, pero una década de carestías parece haber reducido considerablemente hasta el hábito de hacer letreritos con un simple lápiz y un trozo de papel.
Aquella ancestral práctica vino a la mente porque Melanie Mariam, alumna de tercer grado de la Escuela Osvaldo Socarrás Martínez, en Santa Clara, recibió clases sobre la redacción de avisos, y como todas las preguntas infantiles, hizo una muy incómoda: Abuelo, ¿por qué yo no veo avisos en ninguna parte?
La otra causa del recuerdo fue en la panadería El tigre de oro, en la capital villaclareña, cuando una empleada espetó a los clientes que estaba cansada de estar repitiendo lo mismo sobre la distribución del pan y la falta de harina.
Alguien le sugirió que pusiera un aviso donde informara que se estaba vendiendo el pan del día y del anterior, pero con la fiereza de una tigresa irrumpió otra empleada para arremeter contra cualquier cosa que se estuviera diciendo.
Y como que lo mismo no llegamos que sobrepasamos con creces lo que sea, resulta válido cambiar la teja antes de que caiga la gotera: los avisos son importantes y necesarios, pero tampoco debemos caer nuevamente en lo que escribimos varios viernes atrás De cuando Ladmon es un ausente.
En aquellos años Ladmon, es decir La Administración, no perdía oportunidad de colocar carteles para decirles a los clientes cómo comportarse en el establecimiento, pero si se buscaba al administrador o administradora, estaba ausente.
AVISO: Concluyó el texto de este viernes.
elsa
19/12/18 15:29
Conozco esa panadería santaclareña, pero no se llama el Tigre de Oro, sino Aguila de Oro.
Arturo Chang
19/12/18 20:32
Le agradezco la observación. Tiene usted razón.
La panadería se llama El águila de oro.
Muchas gracias.
MINERVA
17/12/18 7:50
Muy cierto que se ha perdido la palabra aviso , realmente es necesaria , vas al policlinico , no hay agua , no hay papel para esterilizar el material , pero no existe un aviso que te comunique la problematica existente para no tener que perder el tiempo haciendo cola y disgustandote sencillamente porq nadie te avisa q no se va a trabajar por todas las problematicas existentes.
senelio ceballos
16/12/18 4:38
......Chang....Hoy es tanta la informacion.... que nos cae cada dia aqui en tierras europeas, sobre nuestras cabezas..... COMENZANDO POR ..aviso...vendo...compro....internet, cambio....arreglo...construyo etc,etc hasta periodicos de CLASIFICADOS de gratis, reclamas y propagandas , periodicos partidistas...etc,etc......OJALA eso no llegue de bruzco a nuestra sociedad!!...No tenemos inmunitied SOCIAL!!.......Cuidado no nos pase como a los pueblos rusos...No sabian que existian algunas organizaciones y centros por los paises occidentales que les llamabamos...CASINO, BURDEL, POSADAS, vida nocturna, casas de luces rojas, ...que entre 1991-99. .Florecieron en Moscu junto a los criminales como hongos en tiempo de primavera........En 4 - 5 annos habian / abrieron mas burdels y casino en Moscu y otras ciudades que en toda la vida historica de PARIS o MADRID.....[ segun las estadisticas de aquellos annos ]LIBERTINAJE DE AVISO..estimado CHANG.....Primero debemos organizarnos juridicamente!!!!!
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