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lunes, 4 de agosto de 2025

La importancia de la nutrición en la prevención de las enfermedades cardiovasculares

Las enfermedades cardiovasculares se previenen principalmente adoptando un estilo de vida saludable que incluya una alimentación equilibrada, ejercicio regular y el control de factores de riesgo…

Alberto Jesús Quirantes Hernández
en Exclusivo 04/08/2025
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Corazón
La importancia de una nutrición balanceada (Salud de MAFFRE)

Las enfermedades cardiovasculares se previenen principalmente adoptando un estilo de vida saludable que incluya una alimentación equilibrada, ejercicio regular y el control de factores de riesgo. Es fundamental consumir una dieta rica en frutas, verduras, granos integrales, grasas saludables y baja en grasas saturadas, sodio y azúcares añadidos. Además, mantener un peso adecuado y evitar el consumo excesivo de alcohol contribuye significativamente a reducir el riesgo de padecer problemas del corazón y vasos sanguíneos.

Por otro lado, es importante evitar hábitos nocivos como el tabaquismo, ya que fumar daña las arterias y aumenta la probabilidad de ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares. También se recomienda controlar la presión arterial, el colesterol y los niveles de glucosa en sangre mediante chequeos médicos periódicos. La práctica regular de actividad física, como caminar, nadar o andar en bicicleta, ayuda a fortalecer el corazón y mejorar la circulación, lo que reduce la probabilidad de enfermedades cardiovasculares. En conjunto, estos hábitos promueven una vida más sana y protegen la salud cardiovascular.

El alcance de la alimentación en la previsión de los padecimientos cardiovasculares 
La nutrición es un pilar esencial en la prevención de las enfermedades cardiovasculares, ya que los hábitos alimenticios influyen directamente en la salud del corazón y de los vasos sanguíneos. Una comida bien proporcionada, abundante en alimentos fundamentales como vitaminas, minerales, grasas saludables y fibra, ayuda a que se mantengan óptimos niveles de colesterol y presión arterial, dos agentes definitivos con los que se evita el desarrollo de problemas cardíacos. Además, una alimentación adecuada ayuda a controlar el peso corporal, reduciendo la carga que el corazón debe soportar y disminuyendo el riesgo de obesidad, una condición estrechamente vinculada a enfermedades cardiovasculares.

Consumir alimentos naturales y frescos, como frutas, verduras, legumbres, granos enteros, pescados y aceites saludables, aporta antioxidantes y compuestos antiinflamatorios que protegen las arterias y mejoran la circulación sanguínea. Estos nutrientes no solo previenen la formación de placas en las paredes arteriales, sino que también promueven la elasticidad y buen funcionamiento del sistema cardiovascular. En cambio, una dieta alta en grasas saturadas, grasas trans, sodio y azúcares refinados puede generar efectos negativos como la hipertensión, el aumento del colesterol LDL (colesterol “malo”) y la resistencia a la insulina, factores que incrementan el riesgo de infartos y accidentes cerebrovasculares.

Asimismo, la educación nutricional es clave para fomentar decisiones alimenticias conscientes que favorezcan la salud cardiovascular. Comprender la importancia de leer etiquetas, controlar las porciones y reducir el consumo de alimentos procesados ayuda a adoptar un estilo de vida saludable y sostenible en el tiempo. Integrar alimentos ricos en omega-3, como el pescado azul, y fuentes de fibra soluble, como la avena y las legumbres, son estrategias dietéticas respaldadas por la evidencia científica para mantener el corazón en óptimas condiciones.

Finalmente, la nutrición no solo actúa como medida preventiva, sino que también es fundamental en el manejo y tratamiento de enfermedades cardiovasculares ya diagnosticadas. Una dieta adecuada, junto con la práctica regular de ejercicio físico y la adherencia a tratamientos médicos, contribuye a mejorar la calidad de vida, reducir complicaciones y prolongar la supervivencia. En conclusión, cuidar la alimentación es una inversión directa en la salud cardiovascular y en el bienestar general, promoviendo un envejecimiento activo y libre de enfermedades crónicas.


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Alberto Jesús Quirantes Hernández

Profesor Consultante y Jefe del Servicio de Endocrinología del Hospital Docente Dr. Salvador Allende en La Habana, Cuba.


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