La heroína es una droga semisintética derivada de la morfina. Sintetizada por primera vez a finales del siglo XIX y comienzos del XX como medicamento, actualmente se considera una droga de abuso. Produce una dependencia psicológica y física de forma muy acelerada y es una de las más adictivas. Se relaciona con un efecto narcótico muy pronunciado con depresión del sistema nervioso central conducente a gran variedad de complicaciones graves.
La droga, y también las impurezas mezcladas con el producto, pueden producir serias alteraciones fisiológicas. La mitad o más de los adictos han sufrido efectos de sobredosis, muchas veces de consecuencias fatales. También pueden desarrollar psicosis o epilepsia, así como otras complicaciones a largo plazo.
La Organización Mundial de la Salud calcula en 9,5 millones las personas adictas a la heroína a nivel mundial. Estos infelices sujetos tienen un riesgo de muerte de 20 a 30 veces superior en relación con quienes no consumen drogas.
CEREBROS DAÑADOS
Investigadores de la Escuela de Medicina Icahn de Mount Sinai, en la ciudad de Nueva York, analizaron los cerebros de adictos fallecidos a causa de esa sustancia y presentaron sus resultados en una reunión de la Sociedad de Neurociencia (Society for Neuroscience) en San Diego, California. En un área del cerebro que desempeña un papel clave en el abuso de las drogas, conocida como núcleo estriado, hallaron importantes cambios en la forma en que el ADN era utilizado en ese órgano vital. La intensidad de las alteraciones se correlacionó con la cantidad de años de adicción a la heroína.
Esas transformaciones son producidas por un proceso llamado epigenética, en el cual los genes son modificados por elementos ambientales y no por la herencia. Se pueden afectar uno o varios de ellos, poseedores de diversas funciones. Debido a estos dañinos agentes externos, la estructura del ADN puede hacerse más “abierta” o “cerrada”, algunos genes se expresan con mayor o menor frecuencia y como consecuencia se puede modificar con desventaja la forma de la función cerebral.
NO ES POR HERENCIA, ES POR ADICCIÓN
Estos resultados ofrecen una valiosa información en relación con la forma en que los cerebros humanos, a nivel genético, cambian para mal, como respuesta al uso de la heroína.
Por si fuera poco, cuando se administra por vía intravenosa, sumada a escasos cuidados higiénicos, se pueden producir inflamaciones venosas sépticas a repetición, y como consecuencia afectación de la válvula del corazón llamada tricúspide, o desarrollar diversas infecciones como el SIDA o la hepatitis.
También se pueden presentar múltiples trastornos de la microcirculación corporal, del hígado, así como reacciones alérgicas a la droga o una de las varias sustancias con las que puede ser mezclada en muchas ocasiones.
UNA ALERTA
En nuestro país esta horrible droga adictiva no es conocida y no existen consumidores. No obstante, siempre es bueno conocer y estar preparados acerca de aquello no conveniente en modo alguno a la salud del ser humano.
Ginan Rodriguez desde FB
25/11/13 15:55
Que porqueria que hace que sufran muchas familias, sin la droga seriamos mucho mas felices
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