Falleció Pau Donés, el líder de Jarabe de Palo y uno de los populares cantautores del pop-rock español. Tras la triste noticia, con ella y sobre ella, se ha precipitado una fiebre amarillista: la historia detrás de la Flaca. “¿Quién era la flaca a quien le cantaba Pau Donés?” (Excélsior), “La verdadera historia de 'La Flaca', el primer gran éxito de Pau Donés y Jarabe de Palo” (La Sexta), “Alsoris Guzmán, la Flaca que inspiró el primer gran éxito del vocalista de Jarabe de Palo” (BBC), “Pau Donés y Alsoris Guzmán: La historia de amor con La Flaca” (La Vanguardia), “La Flaca: la verdadera historia” (El independiente) —han sido las etiquetas con las que se vende esta nueva noveleta.
Un palo mediático, puro gancho salpicado de lascivia y de chicle místico; la explotación interesada del storytelling y del efecto Zeigarnik; de si hubo beso o no, y más, si hubo sexo. Un amarillismo abrumador, no iluminador, bajo el que se esconde un relato, con filo y mango eurocéntrico; expresión del orden impuesto por el capitalismo patriarcal y colonizador. Al ruedo en un Gestalt hegemónico donde Dios es blanco, Europa es civil-salvadora, y “detrás de un gran hombre, hay una gran mujer”, nunca al revés.
No ha de asombrar entonces que, naciendo en la exmetrópoli, se repita el relato por los medios más dependientes y colonizados de la región y de Cuba, también los antisocialistas. La Flaca, Alsoris Guzmán Morales, es mujer, descendiente de esclavos, y residía en Cuba, una excolonia empeñada en desarrollarse por vía no capitalista. Lo “normal” y “predecible” es que fuese jinetera y que se hubiese entregado al “gallego”. Así lo “deja caer”, con marcado interés ideológico, una habitual desinformada y desinformadora del El Nuevo Herald. “Donés nunca lo confiesa, no menciona intercambio de dinero, e incluso en las entrevistas nunca dijo que La Flaca fuera una jinetera, pero es difícil no especular” —suelta. Lo suyo es el rejuego entre la media verdad y la mentira completa. Por eso, lanza mal el lugar donde Pau Donés creó la canción (En un café de Barcelona —dice) y la califica como “la nueva Longina que no escribieron los músicos cubanos” y “uno de los temas más importantes del cancionero cubano”. Por eso se hace la que imagina lo que ya fue noticia hace tres años, que la Flaca, que es ahora “gordibuena”, vive en Milán, la capital de Lombardía.
Ciertamente, el talento de Pau Donés se condujo a la fama gracias a dos cubanas. Una, la musa, con el poder de su encanto, y la otra, con el de abrir la conexión hacia otro poder, el de la empresa discográfica Virgin Record. El cantautor español era un desconocido cuando vino a La Habana, en 1995, para filmar un videoclip. Su historia musical había comenzado a los 15 años, cuando formó, junto a su hermano Marc, un grupo llamado J.& Co. Band y posteriormente otro llamado Dentaduras Postizas. Como sus actuaciones en modestos locales de Barcelona poco le aportaban para su sustento económico, combinaba este con un trabajo en una agencia de publicidad. Fue precisamente en una productora de publicidad en Barcelona, en el departamento de arte, donde lo descubrió Fernando de France, el primer promotor del grupo.
“Nos hicimos amigos y siempre me chinchaba con que cuando se convirtiera en un músico famoso me iban a dar por saco. Un día me contó que estaba haciendo unas canciones, pero que no había tenido suerte. Había mandado su maqueta a varias discográficas y no le habían hecho ni caso —contó De France en una entrevista para ABC—. Al escucharlas, me gustaron muchísimo. Estaban 'El Lado Oscuro' y otros temas. Le dije que pensaba que tenía mucho talento y que intentaría ayudarle —rememoró el publicista y cineasta madrileño. Por aquel entonces, el productor tenía relación con el mundillo discográfico y tras escuchar las canciones del catalán no dudó en enviar la maqueta a un contacto que tenía en la discográfica Virgin, una cubana cuyo nombre no ha compartido.
En lo que esperaban la respuesta de Virgin, De France organizó un improvisado viaje a Cuba para grabar el videoclip de uno de los temas y así preparar un material de presentación más profesional. Llamó a Pau Donés y a otros seis amigos, compañeros de la productora, y pusieron rumbo a la capital cubana.
Aquella primera noche en La Habana, antes de caer enfermo, De France hizo un casting en la discoteca La Tasca, del restaurante 1830. “Durante esa semana estuvimos buscando una modelo para el videoclip, vimos a muchas chicas estupendas, pero en la cabeza de todos había solo una, la chica del vestido rojo que encontramos el primer día en La Tasca. Y allí fuimos cada noche hasta que por fin la encontramos. Una diosa, eso es lo que era. Nos acercamos y le contamos nuestros planes: necesitábamos una modelo para un videoclip y pensábamos que ella era la ideal. Y sin más prolegómenos, Alsoris aceptó” —se lee en el libro autobiográfico 50 palos… y sigo soñando de Pau Donés.
Al otro día comenzaron a grabar el audiovisual, pero entre la ameba invadiendo a De France y la lluvia inundado a La Habana impidieron su culminación. “Llovió sin compasión toda la semana, por lo que no pudimos rodar ni un metro de película, aunque sí descubrir, de la mano de Alsoris, esa Cuba que no sale en los catálogos de las agencias de viajes” —escribió el aragonés en 2017.
“Pau Donés se enamoró tontamente de ella, pero no consiguió llevársela al huerto” —resume De France la historia de Alsoris y Donés. La noche antes de brotar “La Flaca”, el músico y la modelo salieron hasta la madrugada, durmieron juntos en el hotel, pero nada pasó. “Me recosté en la cama, la abracé y el siguiente recuerdo que tengo es despertarme con el sol de la mañana dándome en la cara, abrazado a Alsoris, pero totalmente vestido. Me levanté, agarré un lápiz y una hoja de papel” —completó la historia el cantautor.
Regresaron a España sin dinero y sin el video previsto, pero con el poema de “La Flaca”. “En el avión, Pau vino y se sentó a mi lado para animarme con la guitarra. Y me dijo: ‘Mira la canción que he compuesto’. Era ‘La Flaca’. Entonces le dije que seguro que al llegar a casa tenía mensajes de Virgin en el contestador. Y así fue —compartió De France en la entrevista. Narra, además, que, al volver a España, reunieron a un grupo de artistas para que Pau Donés presentara el proyecto a la A&R de Virgin Records.
Con tan solo un par de semanas de ensayos, y con el poder de la “La Flaca” conquistaron en la sala Tarantos a los ejecutivos de la discográfica. “Les dije que tenía que tocarla sí o sí, aunque fuera a pelo, a guitarra y voz. Porque, además, mi contacto de Virgin era una chica cubana, y la iba a derretir. Al final la tocó y todos se derritieron completamente. Se fueron al bar de al lado y allí concretaron las condiciones del contrato”. Era la primera actuación de Jarabe de Palo.
Pero aquel bello poema de Pau Donés, inspirado en el “coral negro de La Habana, tremendísima mulata”, no se hizo popular por su propio peso, sino por el gran impulso de la mercadotecnia; por su utilización en una campaña publicitaria de la marca de cigarrillos Ducados, bajo en el slogan: “Duca2 music: carácter latino”. En el verano de 1997 todo el mundo cantaba y bailaba “La Flaca”, gracias a un anuncio de Duca-2. Fue el mercado y no la poesía, es otro de los relatos, sutilmente destacado.
“El video acústico que se rodó en Cuba antes de que se fueran, ese es el verdadero video de La Flaca. Empieza conmigo caminando por el Malecón”, dijo Alsoris en una entrevista telefónica. Allí se le ve como una mujer humilde que gusta de la calle, andando el Malecón o por su barrio en Buena Vista. En YouTube tiene más 2.250.000 visualizaciones, pero no aparece en el canal oficial de la agrupación. Nunca le pagaron por ello, ha confesado la modelo devenida en cantante.
El colgado como video oficial es el dirigido por Joan Lluis Arruga. Un video grabado en blanco y negro, con imágenes incluidas en el spot publicitario, con Jarabe de Palo tocando en una azotea, como en aquel famoso video de Los Beatles, mientras la gente que pasa se para a mirarles en lo alto y va bailando por las calles. En este no participó la musa verdadera, sino la modelo y actriz española Eulalie Martine.
Después del éxito de su primer disco, La Flaca, Pau Donés y su Jarabe de Palo demostraron con nuevas creaciones y presentaciones que el grupo no era un One-hit wonder, de un solo éxito y olvídalo. Fueron 25 años de carrera y una docena de discos, en los que colocó en la popularidad, como himnos de la cultura pop, temas como “Bonito”, “Agua”, “Depende” y “Grita”. Con sus sencillas melodías, letras diáfanas y convincentes interpretaciones cultivó el cariño de los españoles y más acá.
Pau Donés mantuvo colaboraciones con varios artistas de renombre, cediéndoles temas, grabando con ellos o presentándose en conciertos. Entre ellos mencionamos, por su cercanía, su dueto con Celia Cruz para interpretar “La Guantanamera”, en unos de aquellos memorables conciertos bajo el título de Pavarotti & Friends, para recolectar dinero a favor de los niños en Afganistán. También, su participación en la grabación junto La Vieja Trova Santiaguera del tema “Rico Vacilón”, incluido en el disco La Manigua (1998), grabado en Madrid por la Virgin.
Por ello sorprendió y, más que eso, dolió mucho que finalmente lo venciera el cáncer de colon que padecía desde agosto de 2015. En julio de 2016 había compartido por Instagram que estaba “limpio” y que era el momento de celebrar; pero, en febrero de 2017, escribió en su blog personal: “El cangrejo estaba tan dormido que incluso llegué a creer que me había curado”. Recientemente, después de un año de retiro, regresó a su ciudad natal, Barcelona y lanzó una canción, “Vuelvo”, como aperitivo de un nuevo álbum que se iba a lanzar para septiembre. En mayo, adelantó todos los planes y lo publicó bajo el título Tragas o escupes.
“Estamos acostumbrados a ser escuchados, que no a escuchar” —comienza la presentación del disco—. Nos gusta mucho pedir y recibir, mucho más que a dar, y rara es la vez que damos sin esperar nada a cambio. Lo que me ha pasado últimamente es justo lo contrario, he recibido mucho sin pedir ni esperar nada. Cosas buenas, muy buenas: cariño, afecto, respeto, amor, de gente a la que conocía y de gente a la que no. Muchos eran, como dice mi amigo Mikel Erentxun, amigos desconocidos que con sus palabras de aliento me hicieron superar momentos difíciles. Gente supongo de todo tipo (amigos desconocidos) que quisieron ayudarme y que precisamente por no conocernos, no esperaban nada de mí”.
Semanas antes de su adiós había publicado el video de “Eso que tú me das”, en el que era palpable su deterioro físico, aunque su sonrisa se resistía a fallar. Un canto de agradecimiento a la vida y a su hija Sara, su nueva musa; un “gracias” a los que le habían regalado fuerzas “para seguir remando contra la marea”. En el videoclip, el último oficial del artista, se le ve cantando desde una azotea con sus músicos, igual que en el de “La Flaca”, pero en una proyección más íntima; rodeados de símbolos mexicanos, pues era un corrido-pop.
Es esta resiliencia del autor de “La Flaca”, su voluntad de compartir, de regalarnos música hasta el último minuto lo que debería ser resaltado. No esas historias amarillistas que se diluirán rápidamente cuando hayan cumplido con su cometido de entretener con los detalles, de reproducir y asentar en gris metálico los más filosos relatos de la colonización cultural emprendida por las élites. Palos históricos vendidos cual jarabes.
Claudia
15/6/20 10:44
Tampoco han respetado la memoria de Rosita, con esa propuesta de cambiarle el nombre la Teatro Karl Marx. Lo de estos medios es llamr la atención, el chisme
Livia
12/6/20 10:19
Me parece muy atinado este comentario bien argumentado.
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