La telenovela cubana El derecho de soñar presentó en 2023 a Pascual y María Luisa, dos personas en situación de discapacidad intelectual que compartían una relación de pareja e intentaban desarrollar sus vidas de manera independiente.
Vale recordar que esa constante búsqueda de autonomía tuvo no pocos desafíos, sobre todo ante la sobreprotección de la mamá de Muñeca —como también se identificaba al personaje femenino.
Mientras los televidentes seguimos la historia, éramos parte de un debate popular en torno a una relación de pareja un tanto "diferente". Al propio tiempo, surgían dudas e interrogantes: ¿es prudente la supervisión familiar o no?, ¿tienen ellos derecho al sexo y a la maternidad y la paternidad?
De acuerdo con la periodista Sahily Tabares Hernández, en un comentario publicado en la página web de Radio Enciclopedia, en el producto audiovisual, el amor y la bondad expresados en el actuar de Yaité Ruíz y Frank Andrés Mora al asumir roles difíciles, complejos, remiten al análisis de intérpretes destinados a construir histriónicamente la vida de personajes-tipos que existen en el mundo de hoy y merecen ser vistos, apreciados, escuchados.
“Las dramaturgias planteadas por la actriz y el actor sobre sí mismos y sobre sus personajes dibujan una lógica que teje particulares relaciones con las palabras sin limitarse a ilustrarlas. Sin duda, es un bien necesario, en él emergen afinidades o conexiones profundas con la sociedad”, reflexiona Tabares.
Retomando las palabras de la especialista, ciertamente, las situaciones que protagonizaron ambos reforzaron conexiones profundas con nuestra sociedad, porque existen personas así. Por demás, coincidiremos todos en que merecen igualdad de oportunidades y derechos.
Para fomentar criterios acordes a la época que vivimos, casi al cierre de 2025, trasciende un encuentro en la capital cubana sobre respeto a la diversidad y educación sexual. No es la primera actividad dedicada al tema en el país, pero sí que reconforta la voluntad de Cuba por una plena inclusión y contra los prejuicios.
Los participantes en la cita hicieron referencia a la Convención Internacional de las Personas en Situación de Discapacidad que recoge entre sus objetivos la posición de interrelacionar a las familias y favorecer la educación sexual.
¿Cómo hablamos de amor, cuidados y sexualidad en familias con personas en situación de discapacidad? ¿Es posible hablar de sexualidad con personas en situación de discapacidad? Estas y otras preguntas invitaron al diálogo sincero desde el amor y el respeto.
Integraron el panel personas en situación de discapacidad, sus familiares y representantes de organismos como el Ministerio de Educación, además de instituciones e iniciativas vinculadas a la formación en edades tempranas.
Durante el encuentro se presentaron materiales de apoyo para las familias con algún integrante en condición de discapacidad intelectual. Sin dudas, la educación es la vía oportuna para transformar la forma de pensar sobre la sexualidad de estos grupos vulnerables.
En este sentido, Unicef Cuba y el Fondo de Población de las Naciones Unidas unen esfuerzos para extender por todo el país una guía de cuidados que beneficie la comprensión de la sexualidad de los individuos.
Nadie lo dude: las personas en situación de discapacidad merecen iguales derechos y oportunidades. En tanto, dialogar con estos grupos y sus familiares sobre amor, cuidados y sexualidad, es otra forma de aceptar las diferencias, romper estereotipos y promover la inclusión.
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