Juego de pista disputado por dos equipos cuya finalidad es enviar la pelota a la portería contraria, lanzándola con una mano desde fuera de la línea que delimita el área de puerta.
El balonmano de 11 concurre a los Juegos Olímpicos de 1936, Alemania obtiene la victoria entre los participantes.
Hasta 1958 una y otra formas coexisten, pero ya en los Campeonatos Mundiales de 1938 aparece una nueva modalidad, precisamente la que hoy se practica: el balonmano de 7, que se juega en cancha cerrada y con una duración de una hora.
La consagración del balonmano de 7 se produce con su inclusión en los Juegos Olímpicos de 1972 (Munich) en la categoría masculina y en los de 1976 (Montreal) en la femenina.