Bates sueltos desde el arranque (+Tabla de posiciones)

En cuatro días se jugaron cinco juegos. Domingo de traslado y viene la misma tanda. Será, sin dudas, una temporada cubana de béisbol con números gordos en bateo y flacos en picheo.

Generalmente en los campeonatos cubanos los lanzadores comienzan arriba y poco a poco van cediendo, en la medida que avanza el calendario, ante los bates. Si se mantiene esa tendencia, tendremos números exorbitantes.

La primera subserie dejó en 5.13 la media de efectividad y se embasa más de corredor y medio por inning (1.65), con una bajísima tasa de ponche por boleto (1.07), casi a razón de uno por uno, en otras palabras: muchos boletos y pocos ponches.

La línea ofensiva general es de .292/.383/.413, muy altos guarismos para el arranque, aunque sigue sin modificarse mucho la correlación de out en rodados por el cuadro respecto a los outs por conexiones de aire (1.19).

Estamos ante una temporada que dejará sus huellas en los libros estadísticos, pero en la cual muchos jóvenes tendrán más oportunidades de jugar y desarrollarse.

UNA SERIE REÑIDA 

También el arranque dejó muestras de rivalidad: cinco subseries llegaron al quinto duelo con empate a dos triunfos por bando y solo Leopardos de Villa Clara logró cuatro victorias.

En el Latino, Leones de Industriales y Tigres de Ciego de Ávila terminaron con saldo de 3-2 a favor de los habaneros, quienes siguen debajo en el pareo histórico con los avileños por 96-103, únicos que dominan a los Azules de por vida en series nacionales.

El staff de pícheres de Guillermo Carmona, quien anunció que sea cual sea el resultado este es su último año como timonel, trabajó para 3.32 de promedio de carreras limpias, el segundo mejor de la subserie, y uno de los tres que estuvo por debajo de cuatro.

Si a esa labor de los lanzadores se suma que al bate firmaron línea de .313/.422/.435, de las más altas en los primeros cinco juegos, se justifica el dominio de los Leones.  

También Toros de Camagüey empezó bien, nada menos que ante Gallos de Sancti Spíritus, finalista de los últimos años y líder de la tabla de posiciones en la fase preliminar.

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Los ahora dirigidos por Marino Luis mostraron su poder al bate, arma fundamental si quieren regresar a las postemporadas, pues su picheo los va a obligar a marcar muchas carreras para ganar juegos.

Con promedios de .345/.429/.485 arrancaron con los mayores números ofensivos, y Alexander Ayala y Yordanis Samón empujaron nueve y ocho carreras, respectivamente.

Samón acumula 1259 impulsadas y si mantiene el ritmo podría llegar a las 1300, selecto grupo donde solo hay cinco bateadores, encabezados por Orestes Kindelán (1511).

Lo interesante, y perdonen la digresión, es que Frederich Cepeda y Dánel Castro sostienen un pulso muy parejo por el tercer puesto en ese escalafón. Empezaron la serie empatados con 1321, pero el tunero tomó la ventaja por 5-4.

Volvamos a Camagüey. Entre las gratísimas noticias de su picheo fue la apertura de calidad de Dariel Góngora en su regreso a su equipo original, con trabajo de 7.0 INN, 2CL, 6H, 7K y 1BB, no pudo ganar el juego porque el bullpen no aguantó, pero ante la ausencia de Frank Madan, contratado en Italia, está llamado a encabezar la rotación.

Después de la plata en la temporada 59 bajo las riendas de Miguel Borroto, no clasificaron en las dos siguientes campañas, a pesar de tener nómina para ello. Ahora, con más bajas aún, pero el núcleo duro del lineup intacto, y las mermas en la calidad del torneo, podrían regresar los playoffs.

En esos juegos, Cepeda sacudió par de dobletes y se colocó a dos de los 437 de Michel Enríquez. En los próximos días lo superará, así que atentos fotógrafos y camarógrafos, para que tomen el batazo que consagre al nuevo jefe en el escalafón de los tubeyes.

Como preludio de sus intenciones, el equipo Indios de Guantánamo doblegó tres veces a Vegueros de Pinar del Río, uno de los cuatro históricos y tradicional cliente de la postemporada. Es un resultado significativo para los orientales que están muy por debajo en el pareo de por vida 43-92.

En el tope entre campeón y subcampeón, estos últimos voltearon un 0-2 inicial para dominar el enfrentamiento. Sin sus titulares en el cuadro interior, los Cocodrilos son capaces de armar un lineup competitivo para las exigencias del torneo.

Alentador resultó el regreso de Alfredo Despaigne con sus Alazanes. Entre sus incentivos está llegar a 300 jonrones y ya dio un pasito al sacar la primera pelota en esta serie para sumar 258. Sabe que no puede desperdiciar muchos picheos en zona, porque lo que más va a recibir son bases por bolas, semi o intencionales.

Mayabeque, de los más completos equipos, sacó tres éxitos en su gira por Holguín, lo mismo que Santiago de Cuba y Las Tunas como anfitriones de Artemisa y La Isla, respectivamente.

La nota de esos duelos la protagonizó Dánel Castro, quien puso otra marca histórica: el jugador de más temporadas en series nacionales (29), y ya suma 2418 jits, cuando decida retirarse dejará un récord que va a durar unos cuantos años.

Con sus cuatro triunfos, Leopardos de Villa Clara empezó de líder. Su bujía ofensiva, Cristian Rodríguez (de 18-10, la mitad extrabases, cinco impulsadas) será una baja temporal sensible, pues formará parte de la preselección para los Juegos del Alba.

Pero Ramón Moré, campeón en 2013, ha regresado con la mira puesta en la postemporada y sabe que para lograrlo tiene que producir más carreras, fundamentalmente con un juego táctico que las construya, y eso no parece fácil.

Freddy Asiel en su primera apertura cumplió con sus cinco entradas tradicionales (1CL, 3H, 2K y 1BB), esa va siendo la norma en sus trabajos, como también que cuando él lanza el equipo apenas anota. De ahí que no haya correspondencia entre las aperturas de calidad y los éxitos. En el béisbol actual se valora más lo primero en los hombres de la rotación, así que debe estar satisfecho, aunque no conforme.

A partir de este lunes comienzan las segundas subseries: SSP-IND, CAV-VCL, CFG-CMG, ART-LTU, MTZ-HOL, MAY-GRA, PRI-SCU, IJV-GTM, siempre en casa de los segundos.