Acaso lo de nunca acabar? Y es que, según informes del canciller persa, Hosein Amir Abdolahian, Estados Unidos acaba de remitir un mensaje a la República Islámica en el que habla de su voluntad para llegar a un arreglo sobre el vapuleado Plan Integral de Acción Conjunta (PIAC) en torno al uso pacífico por Teherán de la energía atómica.
El jefe de la diplomacia iraní, a la sazón en Nueva York para participar en la 77 Asamblea General de la ONU, precisó textualmente que “les respondimos que deberían demostrar de manera realista su seriedad y su buena voluntad para llegar a una solución”, y que deben concretarlo “asumiendo acciones tangibles” que permitan concluir el embrollo creado por Donald Trump cuando en 2018 ordenó el retiro unilateral de Washington del citado compromiso internacional y estableció un paquete adicional de sanciones contra Irán.
De hecho, un reclamo lógico y firme de Teherán es que la presumible vuelta de EE.UU. al PIAC no puede pretender alteraciones de la letra original del protocolo suscrito en 2015, luego de largas y trabajosas negociaciones por Irán, Estados Unidos, Rusia, China, Francia, Gran Bretaña y Alemania, ni tampoco debe estar precedido por la vigencia de medidas agresivas y de presión sobre la nación persa.
Vale recordar que Trump calificó en su momento al PIAC como un mal acuerdo “necesitado” de una nueva confección, donde Irán asumiese desequilibrados compromisos a cuenta de los caprichos hegemonistas estadounidenses que suman, entre otras cosas, evitar todo riesgo a la seguridad y los privilegios geo-estratégicos del Israel sionista, punta de lanza gringa en Oriente Medio, y –dicho sea -dueño de un copioso arsenal nuclear no declarado oficialmente hasta nuestros días.
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Mientras, el demócrata Joe Biden, que llegó a la presidencia prometiendo una vuelta inmediata de su país al PIAC, y con una política externa secuestrada por los grupos neoconservadores bipartidistas, no ha hecho otra cosa que proseguir la línea de hostilidad contra Teherán para intentar una reedición del acuerdo nuclear en términos similares a los demandados por su díscolo antecesor.
Por demás, el proceso de discusiones, donde no pocas veces los socios occidentales norteamericanos han intentado presionar y soliviantar las posiciones iraníes de no ceder un ápice en lo ya pactado desde 2015, ha tenido continuación desde abril último en negociaciones ejecutadas en Viena sin la presencia directa estadounidense. El móvil es intentar reanimar el PIAC y, si fuese dado, readmitir a Estados Unidos aunque, según los iraníes, luego de canceladas las sanciones trumpistas y sin cambios en la letra y el espíritu del documento originario.
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Por tanto, que las autoridades oficiales de Estados Unidos, cercanas las elecciones legislativas y a la vista de las presidenciales, hablen hace horas de resolver el entuerto que ellas mismas han prolongado hasta hoy, no puede ser asumido sino como otra declamación que debe ser instrumentada y probada sobre el terreno… al fin y al cabo las palabras, y mucho más con un interlocutor tramposo y dado al indecoro, no pocas veces terminan zarandeadas por el viento.
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