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martes, 8 de octubre de 2024

Impenitencia y soberbia

De la mala mezcla que despliega Trump contra Siria...

Néstor Pedro Nuñez Dorta en Exclusivo 05/12/2019
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Washington roba-petróleo sirio
Washington roba el petróleo sirio y persiste en la desestabilización y el genocidio.

Cierto que se cree en serio aquello de que los Estados Unidos volverá a ser “rey del planeta” bajo su mandato. De manera que sería de ingenuos tomar al pie de la letra lo que muchas veces habla, repite, multiplica y difunde el señor presidente de los norteamericanos.

 Ahí está Siria, de la cual un día, no mucho tiempo atrás, dijo que sacaría sus tropas ilegalmente desplegadas en esa agredida nación mesoriental, a tono con la drástica debacle de los planes de Washington, la OTAN, Israel, los regímenes totalitarios árabes y el terrorismo islámico (como punta de lanza sobre el terreno) contra el legítimo pero “incómodo” gobierno de Bashar al Assad.

Entonces pretextó una vez más que su “grandioso país” no podía desgastarse en “inútiles guerras” a miles de kilómetros de sus fronteras. Luego, armaría un rápido repliegue que dejó colgados de la brocha a sus aliados kurdos ante una nueva oleada militar turca en Siria (también ilegal).

Pero no pasarían muchos días para que los vehículos blindados gringos dieran marcha atrás y se hiciesen los “amarres” necesarios con ciertos segmentos de las poco antes ignoradas Fuerzas Democráticas Sirias, de manera de ocupar campos petroleros locales que serán “celosamente custodiados” por USA para que “no caigan en manos de los terroristas” que la misma Casa Blanca amamanta desde la cuna.

Y el proyecto adquiere dimensiones más amplias, porque según despachos de prensa, al “cuidado” de los yacimientos se están uniendo tropas de Gran Bretaña y el establecimiento de nuevas bases bélicas, como las aledañas a las provincias sirias de Hasaka y Deir Ezzor, áreas de las cuales los “muchachos anglo anglosajones” están extrayendo “free” unos 35 mil barriles de oro negro por día, en un abierto y evidente acto de ratería, saqueo, robo…, en fin, póngale usted el calificativo que desee.

De paso, y como quien “sí quiere las cosas”, la renovada alianza con segmentos kurdos sirios reverdece el escenario propenso a las tendencias secesionistas dentro de tales grupos, y acrecienta los temores y la posibilidad de nuevas acciones militares de Ankara en Siria, en evitación de la ampliación de un contexto que impulse a los muchos kurdos de Turquía a relanzar sus acciones de tipo separatista. Porque justo el rechazo a la existencia de kurdos armados y entrenados a sus puertas, ha sido de los pretextos turcos para su repetida e inconsulta presencia bélica más allá de la divisoria siria.

En pocas palabras, que todo lo que ha hecho y sigue haciendo Donald Trump en aquellos lejanos patios, únicamente sigue apuntando a crear desestabilización, caos, violencia, depredación y terror en Siria y, si es posible, seguir intentando un cambio interno de gobierno que le favorezca en sus planes de hegemonismo regional y global.

Porque si de salirse seria y responsablemente se trata, ya no solo habría que hablar de las tropas que ahora roban el petróleo sirio, sino de desmovilizar además sus bases que, según la agencia de noticias Prensa Latina, circunvalan a Siria desde sus predios en “Turquía, Omán, Kuwait, Arabia Saudita, Bahrein, Qatar y Emiratos Árabes Unidos”.

O retirar de los mares aledaños a Siria —prosigue la misma fuente— “…el despliegue permanente de al menos una flota de siete buques encabezados por portaaviones que se alternan cada seis meses”, así como el cierre en Jordania de los centros “de inteligencia y del Comando de Avanzada”, entidad esta última a la que “se vinculan decenas de naciones miembros de la Organización del Tratado del Atlántico del Norte, OTAN”, entre otras “espinas” de un enmarañado tejido injerencista que suma 40 mil tropas en activo.


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Néstor Pedro Nuñez Dorta

Periodista


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