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martes, 8 de octubre de 2024

Presidente guatemalteco rompe con Venezuela

Alejandro Giarmenatti sigue política derechista de Estados Unidos...

Clara Lídice Valenzuela García en Exclusivo 18/01/2020
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Alejandro Giammattei-Presidente de Guatemala
Alejandro Giammattei, presidente de Guatemala, anunció el cierre total de la embajada de Venezuela en ese país y la ruptura definitiva de relaciones con el gobierno de Nicolás Maduro.

Pocas horas después de asumir el gobierno de Guatemala, una de las naciones más pobres y violentas de Centroamérica, el presidente derechista Alejandro Giammattei anunció que romperá relaciones con Venezuela, luego de sostener una reunión con Luis Almagro, al frente de la Organización de Estados Americanos (OEA).

“Cerramos de manera definitiva relaciones con el gobierno de Venezuela. Vamos a cerrar la embajada”, afirmó el mandatario que acaba de recibir uno de los países con gran desigualdad social y con una constante emigración debido a la corrupción oficial, el hambre, la pobreza y la violencia que avasallan a los habitantes del también llamado “lugar de muchos árboles” Quauhtlemallan es su nombre en idioma Náhuatl, de origen azteca.

La decisión del recién estrenado mandatario no sorprende. A su toma de posesión el pasado día 14 asistió María Romero en representación del líder opositor venezolano Juan Guaidó, un farsante político que violó la Constitución Nacional y se autoproclamó presidente interino, aunque Nicolás Maduro había sido reelecto en las urnas. Gracias a las presiones de Estados Unidos (EE. UU.) unas 50 de los 194 naciones acreditadas en Naciones Unidas lo reconocieron.

En respuesta a la actitud de Giammattei, el canciller venezolano Jorge Arreaza aseguró poco después que el mandatario guatemalteco  “se ha lanzado a los pies de Donald Trump de inmediato”. Sin embargo, Arreaza reiteró que el gobierno presidido por Maduro reitera el “respeto y afecto al digno pueblo guatemalteco”.


Uno de cada dos niños padece desnutrición infantil, un grave problema no resuelto por los gobiernos guatemaltecos. (Foto: El País)

El conocido empresario devenido presidente debutó con otra significativa situación, ya que más de 1300 personas procedentes de Honduras cruzaron la frontera guatemalteca el pasado miércoles rumbo a EE. UU., debido según dijeron a la prensa varios caminantes al desempleo, los homicidios, la falta de libertad personal, la carencia de los derechos humanos básicos, entre otros.

Este jueves el régimen guatemalteco no se había pronunciado sobre el arribo de los emigrantes, pues el antecesor Jimmy Morales, acusado de corrupto, firmó un acuerdo con EE. UU. de “ tercer país seguro ” para quienes sean deportados del territorio norteño.

Aunque la suscripción del documento fue rechazada por la Corte Constitucional y luego aprobada por el Poder Judicial, Giammattei afirmó que su país no cumple con las características establecidas por la legislación internacional para tales fines.

De acuerdo con la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), una nación segura es en la que se respete la vida y libertad de las personas, entre otras exigencias, las cuales no cumple Guatemala.

La columna humana, donde se observan niños de corta edad, constituye un desafío a los compromisos de los gobiernos centroamericanos con Washington para detener la migración indocumentada.

El grupo salió el martes último de San Pedro Sula, una ciudad hondureña con una de las tasas de homicidios más altas del planeta, y avanzan por dos rutas de Guatemala para llegar este fin de semana a la frontera con México.

En 2019, según estimaciones del Gobierno mexicano, unos 80 000 hondureños se personaron para pedir asilo político y otros 30 000 esperan la resolución de EE. UU. para conocer si los acepta en su territorio.

En declaraciones realizadas este jueves, Giammattei afirmó que México no dejará pasar la nueva caravana que rememora las de finales de 2918, cuando más de 250 000 personas abandonaron Honduras, El Salvador y Guatemala sin que EE. UU. les permitiera después el paso, separara los niños pequeños de sus padres e iniciara un proceso ininterrumpido de deportaciones.

Giammattei aseguró a periodistas que conversó con el Secretario de Relaciones Exteriores mexicano, Marcelo Ebrard Casaubón, y hablaron, entre otros temas, del Plan de Desarrollo Integral para Centroamérica y el sur de México, pensado para frenar la migración. “Le preguntamos a Ebrard sobre la nueva caravana y el gobierno mexicano nos advirtió que no los va a dejar pasar”.

Hasta el cierre de esta nota, la Cancillería mexicana no se había pronunciado al respecto.

El nuevo gobernante, llamado el “eterno candidato”, pues intentó ocupar la primera magistratura durante más de una década, posee un partido político propio, el derechista VAMOS, con el que ganó ahora bajo la promesa de “poner mano a la corrupción”, algo bastante difícil, ya que ese flagelo se manifiesta de manera impune en la mayoría de los sectores de la vida nacional.

En su discurso de asunción, cuya ceremonia fue demorada cuatro horas por un alerta de atentado en su contra, el gobernante anunció que sus mejores esfuerzos estarán dirigidos a erradicar las que consideró como las “peores lacras” de Guatemala: la desnutrición infantil y la corrupción. Enfatizó que buscará la recuperación de la institucionalidad y ofreció hacer del combate a la desnutrición crónica, que afecta a uno de cada dos niños, una cruzada personal.

En cuanto al combate al delito anunció la pronta entrada en vigencia de la Comisión Presidencial Contra la Corrupción, con cero tolerancia para los exfuncionarios que sean culpables. “Es el segundo gran objetivo de mi gestión”, enfatizó, mientras comentó que pedirá “asesoría y ayuda técnica a los países amigos”.

Sin embargo, el discurso del primer magistrado dejó dudas en varios expertos. Giammattei enfrenta en el arranque de su gestión la carencia de un plan de trabajo definido y de un equipo de trabajo.

“A horas de asumir el mando —dijo a El País el sociólogo Héctor Rosada— ni siquiera tenía completo su Gabinete, mientras enfatizó en la ausencia de una política de gobierno. Desconocemos su visión acerca de hacia dónde quiere llevar al país. Cómo y con qué recursos va a enmendar los errores del pasado”. En Guatemala, concluyó, hablamos de la pobreza como uno de los grandes problemas de la población, “pero no se habla del empobrecimiento que no es más que una acción política que deja de lado a grandes sectores de la población, a quienes impide superar ese estado. Ese es el problema de Guatemala”El procurador de los derechos humanos Jordán Rodas dijo a ese medio: “Quiero creer que tiene la voluntad política para enmendar la deriva errática en que se ha conducido a Guatemala en los últimos años”. La gestión de Morales nos deja en el fondo del despeñadero y Giammattei está consciente de ello. Espero que, desde el primer momento, dé muestras claras de su disposición a dar un golpe de timón”. 

Para el analista Manfredo Marroquín, de Transparencia Internacional, el panorama es poco alentador. “Muchos de los cuadros que integran el equipo de gobierno son parte de la misma clase política tradicional. Rodearse de gente reciclada no da lugar a la esperanza”, y calificó como preocupante que sean oficiales del Ejército, con gran protagonismo durante la guerra, quienes se ocupen de la seguridad ciudadana, algo que contradice los acuerdos de paz.

El gran reto de Giammattei, concluyó, “será desmantelar las estructuras mafiosas que se han apoderado del Estado. Mientras esas estructuras que dan cobijo a las mafias permanezcan intactas, nada cambiará. En 90 días el nuevo Gobierno enfrentará un clima de gran agitación social y de ingobernabilidad”.

Giammattei ganó los comicios el pasado 11 de agosto con cerca del 59 % en una segunda vuelta, a pesar de que algunos sectores rechazaron sus posturas conservadoras. Le ganó a Sandra Torres, candidata de la agrupación la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), quien estuvo casada con el ex presidente Álvaro Colom. Su mandato concluirá en 2024, sin posibilidades de reelección. Durante su campaña presentó un proyecto en el que aseguró que hará cumplir las leyes “tal y como están”, y esclareció que se opone al matrimonio igualitario y al aborto.

Durante su carrera ocupó varios cargos públicos, pero el más polémico fue el de director del Sistema Penitenciario entre 2005 y 2007, durante el mandato de Óscar Berger. Su actuación fue repudiada cuando los reclusos de la cárcel de Pavón se amotinaron y 3000 militares y policías movilizados por él mataron a siete condenados y dejaron decenas de heridos.

Una de las mayores críticas a este veterano político es su posición de castigar como “terrorista” a quien, en su criterio, perpetre ataques contra servicios públicos, como suele ocurrir en ese país durante las movilizaciones en rechazo al gobierno de turno, como pasó con Morales.

El Ministerio Público y la Comisión Internacional contra la Impunidad (Cicig) de la ONU denunciaron al hoy presidente por corrupción en 2010, cuando pasó diez meses en prisión, pero luego quedó en libertad y sin cargos.

En el programa de Giammattei no hay partidas relacionadas con los graves problemas que afectan al país, de 17 263 000 habitantes y un nivel de pobreza en torno al 59 %. El Índice de Desarrollo Humano (IDI) de la ONU señala que los guatemaltecos poseen un nivel de vida muy bajo y una mala calidad de vida.

Asimismo, la percepción de la corrupción del sector público en Guatemala es de 27 puntos, lo cual significa que es muy alta.


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Clara Lídice Valenzuela García

Periodista


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