En el contexto del 17 Festival Internacional de Teatro de La Habana (FTH) se inserta la exposición Huella de transgresiones, dedicada al aniversario 25 del grupo de teatro El Público, abierta hasta finales del mes de noviembre en la Galería Raúl Oliva del Centro de Estudios del Diseño Escénico, ubicado en la planta alta del teatro Bertolt Brecht.
Huella de Transgresiones es el pretexto ideal para rememorar algunas de las puestas más provocadoras que ha llevado a la escena de su cuartel general en el Trianón, el Premio Nacional de Teatro 2015, Carlos Díaz.
Fotos captadas por el lente de Racso Morejón, vestuarios, accesorios, máscaras, muebles, que han formado parte de 14 obras de El Público integran esta exposición que, desde su concepción curatorial, remeda la escena del teatro Trianón, con su conocida platea en forma de pasarela, homenaje perpetuo al teatro japonés.
Desde 1994 han desfilado por esa pasarela del Trianón los actores y actrices de El Público exhibiendo modelos que bien podrían formar parte del mundo de la alta costura, bailando al ritmo contagioso de La Natilla, o mostrando, sin pudores, la piel desnuda que madre natura les dio.
El recorrido de esta exposición comienza con la obra La Niñita querida, de Virgilio Piñera (1993). Luego vienen recuerdos de Calígula, Rey Lear, Las brujas de Salem, La gaviota, La loca de Chaillot, La puta respetuosa, Josefina, la viajera; Fedra, Las amargas lágrimas de Petra Von Kant, Anna y Martha, Noche de reyes, el proyecto inconcluso de Peter Gynn, para finalizar con Arte, de Jazmina Reza (2017).
La curaduría de la exposición estuvo a cargo de Gabriela Reyna, Leticia Caro y Sara Díaz, esta última también se ocupó del montaje junto a Edgar Hechavarría. En el diseño del catálogo intervino Ramsés Martínez, para dejar plasmadas las palabras de elogio de Norge Espinosa, quien ha acompañado a Carlos Díaz durante muchos años en calidad de asesor y ha sido testigo de la develación de varias tarjas donde se recuerdan las cien primeras funciones consecutivas de una exitosa puesta en escena.
“Por su culpa, cuando se le entregó el Premio Nacional de Teatro, se paralizó el tráfico en la calle Línea, bajo el trueno de los tambores de Bejucal que llegaron hasta allí para la celebración. Ha sido capaz de eso y mucho más”, dice Norge Espinosa acerca de Carlos Díaz, en sus palabras al catálogo.
Nuevamente, los tambores de Bejucal viajaron hasta la Habana para acompañar a su hijo más ilustre desde el Trianón hasta el Centro Cultural Bertolt Brecht, durante la apertura de la exposición.
Huellas de transgresiones se puede visitar de martes a sábado entre las 10:00 de la mañana y las 5:00 de la tarde y los domingos hasta las 2:00 de la tarde.
Carlos Díaz, el gran maestro del teatro cubano, está presente además en la muestra nacional del FTH con la pieza Así que pasen cinco años, inspirada en el texto homónimo de Federico García Lorca y que fue el ejercicio de graduación de un grupo de noveles actores recién egresados de la Escuela Nacional de Arte. La obra estará en la cartelera del FTH en el teatro Trianón del 27 al 29 de octubre, en los horarios habituales de esta sala.
Sin dudas, tanto la exposición Huella de transgresiones como la obra Así que pasen cinco años son motivos más que suficientes para celebrar junto al director de La Celestina, cinco lustros de teatro trasgresor, renovador, multidisciplinario, lúdico y gozoso.
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