//

martes, 8 de octubre de 2024

¡Que nadie se meta con Rodrigo!

Este latin jazz presenta al argentino Rodrigo Sosa, quien ha hecho de la quena el eje central de su vida y de su primer disco...

Ana María Domínguez Cruz en Exclusivo 27/07/2017
0 comentarios
Rodrigo Sosa, musico, quena
Sosa puede tocar la quena más estándar y también otra más grave, conocida como quenacho.

Dicen que la quena es originaria de los pueblos andinos de América del Sur y fue una sátira de la flauta española durante los tiempos de la colonización. Cuentan que la primera quena fue confeccionada de un fémur, y que tocarla es muy complicado. No se estudia en las academias y su sonido, agudo o ronco, dulce o amargo, según la intención del ejecutante, puede cambiar la sonoridad de una pieza de un extremo al otro.

La mejor manera que tuve para comprobar la gracia y la riqueza interpretativa de la quena fue durante un concierto que ofreció el pianista cubano Alejandro Falcón junto al argentino Rodrigo Sosa, quien ha decidido hacer de la quena su perenne motivación musical.

El latin jazz ¡Que nadie se meta con Rodrigo! tal vez sea el primer tema que se interprete el próximo 3 de agosto a las 11:00 de la noche en la nave 4 de la Fábrica de Arte Cubano (FAC), cuando Sosa presente su disco La quenística, resultado de su trabajo tenaz por desarrollar sus habilidades en la ejecución de este instrumento y en lograr que se le valore, incluso, como solista y no solo como acompañante o representativo de una zona del mundo.

“Más que un proyecto musical, la quena para mí es una filosofía de vida, es el eje central de mi vida. En este disco —mi primero y, además, hecho en Cuba en los Estudios Abdala y con el sello Colibrí— la quena es la columna vertebral con su particular sonoridad.

“Tuve la suerte de agrupar a músicos que admiro mucho en este álbum, como Alexander Abreu, Pancho Amat, Alejandro Falcón, Israel Rojas, Rodney Barreto…; gente que me ha ayudado mucho y a quienes le agradezco infinitamente, a los que sumo al ingeniero de sonido Orestes Águila, a cargo de la masterización.

“La quena lleva la batuta en el fonograma, esa fue mi intención, enfrente de otros instrumentos como el piano, la batería, el contrabajo. No siempre se ha asumido este tipo de flauta como protagonista, a pesar de la sinceridad musical que la caracteriza, que es lo que más me ha motivado a mí”.

Sosa puede tocar la quena más estándar y también otra más grave, conocida como quenacho, de mayor longitud, con una sonoridad más oscura y relajante, que según él ayuda a apagar un poco más los tonos agudos de la quena.

“Me interesó trabajar la quena no solo en ritmos andinos sino también en el danzón, por ejemplo, e interpretando canciones de Mercedes Sosa, de jazz, de rythm and blues, y eso da una visión fresca y novedosa del instrumento. La quena tiene una fuerza muy grande pero lastimosamente se ha marginado, se ha limitado al contexto andino, latinoamericano, y no ha sido justo”.

—¿La quenística no saldrá de La Habana?

—Claro que sí. Después del concierto en FAC estaremos en Villa Clara, luego en septiembre en Santiago de Cuba, en Holguín y en diciembre en el Festival Jazz Plaza, uniendo la quena con las potencialidades musicales cubanas. Estar en el escenario es mi sueño porque allí siempre se puede dar más.

—¿Otros músicos han solicitado tu quena en sus producciones?

—Pues sí, con algunos he trabajado: Raúl Torres, Maykel González, Adrian Berazaín y otros trovadores me han pedido que comparta con ellos, y las experiencias siempre son valiosas. Estoy abierto a todas las propuestas porque voy con la quena desde un tango hasta un heavy metal. En particular, lo que me sucede en Cuba, que es mi segunda patria por razones personales, es que el resultado musical que va apareciendo es muy rico y contundente”.


Compartir

Ana María Domínguez Cruz

"Una periodista cubana en mi tercera década de vida, dispuesta a deslizar mis dedos por el teclado".


Deja tu comentario

Condición de protección de datos