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lunes, 7 de octubre de 2024

¡Qué gente, caballero, pero qué gente!

Todos los que hicieron del programa radial Alegrías de Sobremesa su razón de vivir hoy se merecen el abrazo inmenso de aquellos con quienes la compartieron...

Ana María Domínguez Cruz en Exclusivo 01/07/2017
3 comentarios
Alegría de Sobremesa-Cierre
Con 30 minutos de duración, el audiovisual se presentó 52 años al aire.

No imagino cómo serían sus vidas fuera del estudio. Allí eran Rita, Paco, Estelvina, Sandalio el Bolaˈo, Teté… Afuera eran simplemente Marta Velazco, Eduardo Rosillo, Aurora Basnuevo, Mario Limonta, Martha Jiménez Oropesa y el propio Alberto Luberta Roy, quien les regaló la existencia en el éter. Él tampoco podía desprenderse de la gran familia que creó.

El edificio representado era único y al mismo tiempo espacio de confluencias de todos los edificios cubanos. Los malentendidos, las confusiones, las bromas eran los mismos que cada uno de nosotros podía escuchar o protagonizar en cualquier parte del país y en cualquier época. Los personajes eran mi abuelo, mi tía, mi mamá, mi vecina, y hasta yo, aún sin haber nacido. Sin dudas, en Alegrías de Sobremesa cada uno de nosotros tuvo su pedacito y encontró el del otro, y derrochó carcajadas. Ahora, después del 1.o de julio, el recuerdo y la nostalgia se quedarán con todo.

El programa de la emisora Radio Progreso fue más que eso, una oportunidad para que todos los cubanos nos conectáramos a la misma hora, durante el almuerzo y durante la comida. Fue la ocasión propicia para que el humor cubano en la radio fructificara y, al cabo del tiempo, otros tomaran su ejemplo y estudiaran las claves de su éxito.

¿Cuáles eran? Para su guionista durante más de 40 años, Alberto Luberta Roy, lo fundamental era reflejar a la gente de pueblo y sus costumbres. Aspirar a ello era suficiente y no siempre se logra. Escribir un guión diferente todos los días, no aburrir, enganchar a los oyentes y multiplicarlos… esos son los resultados.

Para quien fuera Premio Nacional de Humorismo 2001 y Premio Nacional de Radio 2002, lo importante era pensar cada personaje en profundidad. Solo así se gana al público porque resultan creíbles; y los chistes, esos que las personas creen que son el plato fuerte del espacio, se convierten en el pretexto para mostrar la química perfecta que, libreto en mano, estos actores de extraordinaria trayectoria profesional lograron tener.

No obstante, el Padrino —como le decían a Luberta— supo cuándo retirarse. Quedó complacido con la forma en la que Ahmed Otero asumió el guión del programa, porque lo esencial no podía perderse, y no se perdió.

Luego de 52 años al aire, desde que se escuchó por primera vez el 15 de abril de 1965 (aunque salió al aire en el año 1963 bajo la dirección de Antonio (Ñico) Hernández y con varios guionistas a la vez), Alegrías de Sobremesa fue la compañía nunca ausente de la mayoría de los hogares cubanos.

Este sábado 1.o de julio concluirán sus transmisiones, y tengo noticias del nuevo proyecto radial que ocupará ese horario. No son válidas las comparaciones ni pueden ser ahora mismo lo suficientemente saludables como para acondicionar el terreno para lo nuevo que vendrá. Alegrías de Sobremesa será siempre el programa que desafiará al olvido, y al que todo cubano le anotará un punto a su favor.

Si pudiera conversar con cada uno de los actores y actrices que ofrecieron su voz para armar el show, incluso con los músicos que tocaban en vivo y el público que asistía al estudio, se sumarían más páginas a este comentario. Cada cual tendrá numerosas anécdotas y repetirlas será parte de su vida en los próximos días y meses, porque es tiempo de rememorar, agradecer, atesorar.

¡Y qué bueno que Alegrías de Sobremesa se salve del olvido! ¡Cuánto gusto me da que exista un referente así del buen humor criollo! Incluso, la televisión se volteará a mirar lo que con constancia y dedicación se ganó el respeto de colegas y público en general.

Alegrías de Sobremesa será también un recuerdo feliz de mi abuelo materno. Nunca dejó de encender el radio justo media hora antes de sentarse a la mesa ni comió solo, porque Rita, Paco, Estelvina, Sandalio el Bolaˈo, Teté estaban ahí, cerca, a su lado.

Las sonrisas que se le arrancaron a su público es lo que vale, y por eso esa gente que hacía posible cada emisión del espacio fue y es millonaria. ¡Qué gente esa, caballero, pero qué gente!


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Ana María Domínguez Cruz

"Una periodista cubana en mi tercera década de vida, dispuesta a deslizar mis dedos por el teclado".

Se han publicado 3 comentarios


felo
 3/7/17 12:43

No lo podia creer hasta que el sabado y el domingo busque mi programa favorito y ya no estaba, sali por el barrio y vi personas que como yo peinan un gran número de canas, les pregunte el porque la decusión de desaparecer un programa que tanto ayudo a la Nacionalidad Cubana, todos de una forma u otra nos quedamos con la duda y la interrogante reflejada en el rostro, entonces de porque si, porque a ciencia cierta no han dano bueno que yo sepa una explicación de la decisión de sacar a Alegrias de Sobremesa de la programación de RP, realmente no hay un programa que pueda sustituir la voz indicutible de Rosillo de Lopez Chong, incluso de Herrerita, es que ya jamas podremos escuchar AQUI RADIO PROGRESO PRESENTANDO ALEGRIAS DE SOBREMESA, porque cual es la razón, QUE GENTE CABALLERO, PERO QUE GENTE, otra farse que ya jamas podremos escuchar, quien debe darnos la respuesta, ¿QUIEN?.

ariel
 2/7/17 0:38

solamente decirle al colectivo de alegria de sobremesa, que por tanto tiempo nos alegro las tardes y las noche y no dio ademas grandes alegria, GRACIAS, en grado superlativo y a los actores y actrices a los actuales y los que ya no se encuentran entre nosotros agradecerle grandemente por ese gran legado dejado y esperando que el espacio que ocupe este digno lugar alcance la populariad y exito que ustedes lograron, a lo largo de tanto tiempo Gracias nuevamente..... QUE JENTE CABALLERO, PERO QUE JENTE!!!!! 

Dornes
 1/7/17 11:56

Y por qué un programa así debe morir?  Cual o cuales son las razones, que nadie explica con la claridad requerida? . Qué programa de calidad puede ocupar el espacio de nuestra Alegrías de Sobremesa?

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