lunes, 30 de septiembre de 2024

“Filmar es un momento bendito”

Diálogo con el cineasta Léster Hamlet, miembro del jurado de Ópera Prima del Festival ...

Ana María Domínguez Cruz en Exclusivo 18/12/2014
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“¿Qué si me tomé en serio esto de ser jurado en el Festival? Ni creas… Veo tres, cuatro películas diarias y sé que de mi criterio dependerá una decisión final, pero más que con seriedad, lo asumo con alegría, porque es para mí un sueño.

”Yo, que me inventaba métodos y técnicas para entrar al cine cuando era un muchacho, cuando aún no estaba en la ENA, cuando no tenía credencial ni amigos, cuando no era Léster Hamlet porque solo firmaba con mi apellido; hoy, con 43 años, soy jurado en el Festival de Cine, y hace mucho tiempo mi obsesión era el teatro”.

—¿Cuándo el cine desplazó al teatro en tus pasiones?

—Cuando vi cómo se hacía. Estuve trabajando con Orlando Rojas en un proyecto suyo, gracias a la propuesta de Carlos Díaz, con quien yo trabajaba en el teatro en ese momento… Entonces comprendí que nada era al azar, que todo en el cine llevaba detrás un trabajo precioso de planificación, y que luego salía todo tal cual. En el teatro pueden pasar cosas, pero en el cine todo se planifica. Los actores no van a estar mejor en una tanda que en otra.

“Con el teatro tengo proyectos pendientes, porque el cine me ha robado mi tiempo, mi vida… para bien. Hace años quiero llevar al teatro una película que adoro, hacer una versión teatral de una obra hecha para cine. Sería el proceso al revés de lo que se ha hecho hasta ahora, pero como es una película maravillosa quiero llevarla al teatro”.

Tres veces dos, Fábula, Casa Vieja…

Tres veces dos fue lo primero. Nació en la primera Muestra de Jóvenes Realizadores, que no era competitiva, sino más bien para debatir, fomentar la creación. Se escogió un grupo de guionistas y Senel Paz tutoró un taller para contar historias. Se escogieron tres, entre ellas Lila. Fue una gran experiencia para mí y para todo el mundo porque abrió la puerta a un nuevo acercamiento, a un intercambio con las maneras de producir audiovisuales. Fue una puerta enorme para mí pero fundó una nueva manera de pensar entre el ICAIC y la independencia.

Fábula fue el resultado de mi experiencia, desde la independencia, con un presupuesto mínimo. Una película compleja que se hizo en 49 locaciones, con más de 50 actores. A los protagonistas les transcurrían como 17 años en la historia y tenía que hacer todo eso en 15 días. Fábula fue, sobre todo, una película sincera, honesta, real; de una Cuba que no es pública pero es cotidiana. Encontrar los actores y actrices ideales fue difícil, o más bien, sorprendente. Los que pensé en un inicio después no aceptaron y salí a buscar a otros. No es tan fácil, porque el actor no solo se aprende texto y gestos, tiene que trabajar con el alma, sentirse cómodo, entender la historia… Al final no creo en la búsqueda del ideal en el cine sino en la construcción del ideal día a día.

Casa Vieja fue un momento de mi vida de mucha bendición. Yo no hice esa película, se hizo sola porque tenía muchas ganas de hacerse. En ella sí tuve a los actores y actrices ideales: Quise y tuve a Isabel Santos, a Susana Tejera, a Adria Santana, a todos los demás, y allí estuvieron. Tuve, incluso, a Estorino en el set de filmación, y fue muy bueno trabajar con él, uniendo mi perspectiva y la suya, más bien teatral.

”Al final, con todo esto, he tenido mis premios en el festival pero, sobre todo, he disfrutado, porque filmar es un momento bendito, es mi fiesta y no mi trabajo. Ir a una fiesta, por ejemplo, sí puedo tomarlo como un trabajo, porque tengo que montar un personaje que no soy yo, pero filmar es mi diversión y en ella se me unen mis socios, mis amigos...

”Al cine le debo mucho, en especial la bendición de sentirme bien con lo que hago. Y, ya ves, después me gano aplausos y premios. El Festival de cine, incluso, me ha abierto puertas insospechadas. Le debo conocer a Omara Portuondo, un ser especial en mi vida. La conocí en la organización de una gala y hoy estoy terminando un documental sobre ella. Y a esta edición le agradezco mi primera oportunidad como jurado. Parece un trabajo duro, ¿verdad? Pero ver películas no es tampoco un trabajo, es también una fiesta”.


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Ana María Domínguez Cruz

"Una periodista cubana en mi tercera década de vida, dispuesta a deslizar mis dedos por el teclado".


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