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martes, 8 de octubre de 2024

Esos molestos bocinazos

Si a las indisciplinas sociales no se les pone freno irán carcomiendo nuestra vida diaria y eso es algo que no podemos permitir...

en Portal Cuba 12/12/2017
4 comentarios

Lo digo y lo repito y no es matraca mía: si a las indisciplinas sociales no se les pone freno irán carcomiendo nuestra vida diaria y eso es algo que no podemos permitir.
Desde hace un tiempo me ronda la idea de escribir sobre ciertos comportamientos que ya se han hecho un tanto habituales en la cotidianidad, pero no por ello significa que son correctos.
Resulta que ahora se ha vuelto común encontrar en zonas públicas, sobre todo a los más jóvenes, con bocinas de los más variados tamaños que reproducen la música a decibeles que todos los que están alrededor pueden escuchar.

Este es un fenómeno que tiene algunos antecedentes en épocas pasadas, cuando, según me cuentan algunos que vivieron aquellas etapas, la gente salía a las calles con los radios marca VEF escuchando la programación.
Pero, es innegable que el volumen de un aparato de aquellos no tiene comparación con los actuales, pues aunque algunos son pequeños, a casi una cuadra se puede sentir el bum bum bum que casi siempre trae en sintonía.

En un espacio de pocos metros pueden concurrir varios géneros musicales en diferentes dispositivos (también los teléfonos móviles se insertan en esta tendencia), que pueden enloquecer ante tanta mezcla melódica.
Las preguntas en estos casos pueden ser varias: ¿acaso ya los audífonos pasaron de moda, que tanta privacidad brinda a quien los usa? Porque, es un hecho que no todos compartimos los mismos gustos en cuanto a canciones y melodías y necesitamos que se respeten esas diferencias.

¿Es mucho pedir que se escuche la música a volúmenes más adecuados?
A veces la gente decide ir a conversar un rato en el parque, sentarse a pasar un tiempo agradable, y se encuentra con una escena de una de esas gigantescas bocinas en las que sale, por lo general, alguna letra de reguetón. Y no es que se tenga nada contra ese tipo de composiciones, pues como reza el refrán popular, para gusto se han hecho los colores, pero fueravol de una discoteca, o una fiesta es muy molesto sentir esos sonidos una y otra vez en medio de una charla.

Los bicitaxis son también una fuente inagotable de música a todo volumen y cuando tienes que recurrir a ellos para trasladarte, o incluso cuando están estacionados en algún sitio, constituye un “valor agregado” oír los más variados temas musicales, y lo digo otra vez, el punto siempre sigue siendo el volumen excesivo.
No sé si a estas alturas apelar a la conciencia sea demasiado efectivo, pero me gusta creer que sí, que todavía se puede tener esa opción, para lograr que volvamos a la normalidad, a aquellos tiempos en los que un poco de tranquilidad nos acompañaba.


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Se han publicado 4 comentarios


olegario
 12/12/17 12:08

Solo me hago una pregunta. Por qué esos mismos cubanos cuando llegan al extranjero asumen la disciplina muy calladitos que estan establecidas en esos lugares( aunque pueda haber algun que otro mala cabeza, que por supuesto de inmediato es llamado al orden). Por qué en nuestra sociedad se sigue llamando a la conciencia, que es necesario apelar a ella como una medio más de persuación, pero por que no acabamos de darnos cuenta que la permisibilidad y la tolerancia aberrante de las autoridades encargadas de poner coto a muchas de ellas no nos llevará a nada bueno.

Justo
 12/12/17 11:59

Es triste, pues, por mucho que se apele a la conciencia, el sentido común y la consideración, la gente no siempre entiende (o no quiere entender) por las buenas. Nuestro pueblo puede ser muy humano y solidario en situaciones críticas extremas. Ahí tenemos el ejemplo reciente de la recuperación luego de los huracanes; o el desinterés y altruísmo con que se asiste y colabora con otros pueblos. Pero -¡paradoja!-, a la vez puede ser muy irresponsable e indolente y vegetar en la desidia. El tema del exceso de decibeles es amplísimo en nuestra sociedad, pero a él tenemos que sumar muchísimos otros y la lista sería interminable. Si, como dijo Benito Juárez, "el respeto al derecho ajeno es la paz", es hora de declarar la guerra a todo lo mal hecho. Y -si REVOLUCIÓN  es "cambiar lo que debe ser cambiado"-, es hora también, para todo el que se crea revolucionario, de cambiar de actitud frente a lo mal hecho y tomar medidas, las que sean que solucionen los problemas. Por ello creo que, a la par de campañas educativas al respecto que no deben faltar, hay que -de una buena vez- reprimir sin que nos tiemble la mano, coercitivamente y multar todo lo negativo... ¿O nos vamos a resignar y convivir con la degradación que nos rodea?

Bertuqui
 14/12/17 15:38

Coincido con lo expresado algo tenemos que hacer, no solo con llamados de atención vamos a resolver la degradación social que va en ascenso, hay que hacer cumplir lo establecido y que los órganos encargados de la ley y el orden actuen en correspondencia y todos podemos lograrlo. Hace falta para poder continuar haciendo nuestro el concepto revolución, cada cual haga bien lo suyo y acabemos con las indisciplinas sociales.

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jose Eduardo
 12/12/17 10:24

Siempre volvemos a lo mismo, las denuncias llueven y no pasa nada, el pueblo se queja de tantas cosas que están poniendo en riesgo no solo la convivencia social, sino del sistema y el futuro de la Revolución y  no se hace nada al respecto. ¿Cuándo se va a poner freno a las indisciplinas sociales, a la corrupción administrativa, al mal funcionamiento de instituciones de servicios públicos, al mal funcionamiento de la policía, al incremento de los vagos, de los lumpen, de los antisociales, de los guapos?. Hace falta leyes más fuertes, pero sobre todo chequeo serio y sistemático al cumplimiento de las mismas. Gracias

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