Eduardo Sandoval y el protagonismo del trombón

Fue Emilio Frías (El Niño) quien lo catalogó como “el trombón de Cuba” y Eduardo Sandoval siempre insiste en aclararlo, porque la modestia lo caracteriza y porque además considera que otros buenos músicos pueden hacer de este instrumento, como lo intenta hacer él, un protagonista en la escena musical.

Admirador eterno de Juan Pablo Torres, de quien quiere seguir conociendo todo lo que le cuenten, Sandoval transita por maduros senderos musicales con su agrupación Habana Jazz. Su primer disco Caminos Abiertos, con la producción del saxofonista Michel Herrera y bajo el sello Egrem, le ha traído no solo un Premio Cubadisco, sino las oportunidades maravillosas de compartir con El Niño, con Adonis Panter y Osaín del Monte, y con otros talentosos músicos, quienes después siempre han estado dispuestos a acompañarlo.

Maravillado por la voz de Vania Borges, asombrado al descubrir a un Lazarito Valdés que en el piano se desdobla para demostrar que es mucho más de lo que se ve con Bambole, Sandoval trabaja en los metales de varios grupos pero ante todo quiere seguir abriéndose paso con su propuesta: hacer del trombón el dueño de la escena.

NO solo su primer disco sino también un segundo demostrará su empeño…Acompañar a la Camerata Romeu es también  un privilegio, y por eso quiere registrar en otro fonograma parte de ese repertorio clásico que luego de una presentación en vivo se olvida…

Y para no quedarse con las ganas, quiere iniciar un proyecto ambicioso con el pianista Jorge Aragón.El disco que Aragón orquestara desde el principio y hasta el final para que Beatriz Márquez cantara temas de la autoría de Adolfo Guzmán es una joya. Y Sandoval anhela hacer algo similar. Quiere poner en las manos de Aragón su deseo y lograr que el trombón esté ahí, en medio de toda una magnífica orquestación.

Me cuenta que fueron sus labios los que lo han llevado hasta aquí. En realidad comenzó estudiando trompeta, pero su maestro en aquel momento, trombonista que trabajaba con Omara Portuondo, le sugirió que cambiara su ruta. “Esos labios, mi negro, son para el trombón”. Y le hizo caso, por suerte.

Le interesa no dejar de estudiar y el XIII Coloquio Internacional de Jazz Leonardo Acosta in memorian, adscrito a esta edición 33 del Festival Jazz Plaza 2018 fue una oportunidad ideal para ello. Cuando supo que Jimmy Bosch ofrecería una clase magistral sobre la improvisación en diferentes géneros musicales del trombón, ahí estuvo Sandoval. Perplejo se quedó cuando uno de los más jóvenes músicos trombonistas, aún estudiante, le confesó que no le interesaba lo que Bosch hacía. Sandoval no comprendía que alguien ignorara a uno de los referentes internacionales de más prestigio en la ejecución de este instrumento. “Hay mucho que estudiar, siempre, las oportunidades como estas no pueden desaprovecharse”.

Su padre, cantante del Conjunto Chapotín y su madre, deben estar orgullosos. Y quienes están atentos al trabajo de los músicos de su generación también.