Recién se escuchan los ecos por la celebración del Mes de Europa en Cuba y entre las tantas expresiones culturales que fueron exhibidas en tal contexto destaca en las postrimerías del evento el concierto Cuba y Holanda a dos pianos, ofrecido por los notables músicos Marcos Madrigal (La Habana 1984) y el holandés Bas van Lier (Groningen, 1971).
Como “una provocación”, así define esta presentación única la musicóloga Gabriela Rojas, a cargo de las notas del programa y la coordinación del recital. Resultó impresionante e igual de emotiva la posibilidad de que ambos artistas, a partir del don de la improvisación, trascendieran los códigos establecidos para asumir desde una experiencia propia y vital repertorios clásicos que abarcaron desde nocturnos, pasando por canciones hasta llegar a los siempre bien recibidos estándar de jazz, algunos de referencia obligada dentro del género, y otras composiciones propias del pianista holandés; todas igualmente aplaudidas por el público de casa.
El Oratorio San Felipe Neri totalmente lleno fue testigo de un disfrute recíproco de los anfitriones musicales, y de la absoluta complacencia de un público expectante que solo rompía el silencio ante la impresionante ejecución, la cual aprobaba con pronunciados aplausos.
Lo académico aportado por Madrigal y lo popular jazzístico, regalo de Bas, se convirtieron en un solo mundo de exquisitez interpretativa. Cada uno mantuvo su línea conceptual de trabajo y a la vez logró un punto común en lo que podría parecer, para algunos, mundos antagónicos. El concierto anuló cualquier canon preestablecido e hizo que prevalecieran los puntos de contacto, tras la fluida y ascendente relación dialógica entre los instrumentistas, así como entre ellos y el público.
En ese sentido las melodías lograron la otra parte: esa comunión—primero emocional—y luego cognoscitiva con el espectador. El concierto logró burlar las fronteras genéricas, incluso las nacionales. De ahí que en las consideraciones una vez culminado, Rojas expresó: Cuba y Holanda a dos pianos protagonizado por los pianistas Marcos Madrigal y Bas van Lier, “buscó y logró desdibujar las barreras entre el jazz y la música clásica, uniendo los referentes de ambos intérpretes en una experiencia que transita orgánicamente desde la música de Juan Sebastian Bach hasta las melodías de Ernesto Lecuona y George Gershwin.
Hubert de Blanck fue el gran inspirador de la cita cuando en Amsterdam se conocieron ambos pianistas en ocasión de presentar el primer álbum Hubert de Blanck, el holandés errante. A partir de ahí surgió una sólida armonía que dio como resultado que ambos decidieron salir de su zona de confort. El resultado es un hecho que recién comienza pues esta propuesta cultural que se vio en La Habana, abre un sinfín de puertas a la interpretación. El concierto regaló una dramaturgia conceptual que abarcó siglos de composición y los arropó en un sentimiento común que, indudablemente, trasciende al tiempo.
De ahí las palabras de agradecimiento del señor Eric Strating, embajador del Reino de los Países Bajos y la de relevantes figuras de la cultura cubana como el maestro Juan Piñera, la flautista Niurka González, el director de la Charanga de Oro, José Loyola, entre otros.
Los intérpretes en sus palabras de reconocimiento a los organizadores del concierto, Embajada del Reino de los Países Bajos en Cuba; el Lyceum Mozartiano de La Habana, dirigido por el maestro Ulises Hernández; la Oficina del Historiador de la ciudad, dejaron abierta esa puerta por donde solo caben las emociones. Tal vez sea el inicio de próximas veces, y qué bueno pudiera ser en principio Cuba el sitio de reencuentro.
Culminado este concierto Marcos Madrigal, artífice del Habana clásica, importante celebración del piano en la capital, concedió una clase magistral, también a propósito de la Semana de Europa en Cuba, y con ello culminó este paso por casa para emprender rumbos que, afortunadamente, ya le pertenecen. Entre ellos el tour europeo en que estaba inmerso y que por estos días le conducirá hasta el sur de Italia y luego a Madrid. El verano, por su parte, le significará asumir el tour mundial y regresar, entonces, a Asia y a América Latina, fundamentalmente.
Como adelanto Madrigal dio a conocer que tendrá dos estrenos discográficos entre este y el próximo semestre, más otro a finales de año. Excelentes noticias para ir a su encentro y conocer cuánto de lo cubano este valioso pianista sigue ofreciendo al mundo, y cuanto por descubrir unido a todas visiones musicales le queda por gestar. Su más reciente presentación junto a Bas van Lier, a dos pianos dio muestra de su virtuosismo en función de abrir nuevos universos de creación sustentados en lo bueno y mucho que en materia de melodías nos atrapan. Fue un concierto a dos pianos que regaló al público asistente una confluencia de almas.
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