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miércoles, 2 de octubre de 2024

Caturla viene a tiempo y con su mejor traje

Quienes no nacen aquí, pero vienen y se acercan, saben que los remedianos vivimos en una ciudad chica con una mente gigantesca, mágica, imaginativa...

Mauricio Escuela Orozco en Exclusivo 10/02/2021
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Festival A Tempo con Caturla-2021
Festival A Tempo con Caturla, una recordación perenne a quien hiciera, de música y justicia, el leitmotiv de una vida inmensa.

En el nacimiento de Alejandro García Caturla siempre pasan cosas extraordinarias. No me refiero a las historias que rodean la casona familiar que está frente a la plaza y hoy ocupa el museo dedicado al genio de Remedios, sino a las muchas maravillas que nos trae el Festival A Tempo con Caturla, una recordación perenne a quien hiciera de música y justicia el leitmotiv de una vida inmensa.

Cada año, por las fechas del aniversario de esta figura, los artistas cubanos vienen hasta la villa. La Iglesia, los museos y la plaza son los escenarios mágicos, la dicha de tanta gente que no quiere perder esa tradición de ciudad culta que acompaña a Remedios.

Caturla no es solo el músico, sino el amigo de los que nacimos en esta tierra, situada al centro norte de Cuba, y cuenta ya con más de 500 años de existencia. El genio forma parte de un alma colectiva que se niega al sueño eterno y derriba los prejuicios en cada melodía, con los sonidos de un tambor inmenso que recorre las oscuras callejas de la villa.

El músico vivió entre gente humilde, mezclándose con ellos, yendo a los bembés en los distintos puntos de la geografía. Los amigos lo recordaban con su traje pequeño y blanco, en un fotingo de la época, viajando a los más intrincados campos aledaños, donde se hacían ceremonias religiosas.

Para el pueblo, la música del genio es culta, pero a la vez están ahí muy claras las resonancias de un hombre que conocía de justicia y llevaba más allá de lo usual esa pasión suya, ese gusto por el equilibrio del mundo.

Hoy resulta casi imposible soslayar al genio, irnos a los conciertos sin tenerlo presente, como el alma de una ciudad artística, popular, culta, pero bien humilde en su proyección universalista.

Para el año 2021, A Tempo con Caturla será virtual, con solo pequeñas presentaciones en espacios reducidos de las sedes de Santa Clara y Remedios, dos marcos de lujo para una música que se empeña en ser espiritual en tiempos dominados por la muerte física, el desasosiego y las ansias por sanarnos todos. ¿Qué habría escrito en sus partituras el mismo genio sobre estos tiempos?, quizá alguna pieza donde inmortalizara la cultura que se niega al silencio, que viaja hasta la villa y realiza los conciertos en medio del terror de la pandemia.

Quienes recorran el museo que fuera casa natal hallarán un traje balaceado, el último que usó Caturla en vida. Está expuesto en una de las salas finales, como símbolo de ese pasaje que fue su asesinato. Dicho lugar es el más vivo dentro de toda la colección, donde más se siente que hay vibraciones y luces, seres más allá de este momento físico y mundano. Durante las presentaciones y conciertos en la institución he pasado por la sala del traje del genio, viendo con estupor cómo las volutas de vida se unen a las melodías para levantar en mí la sospecha de un traspaso revelador. Una eternidad, sentido de lo inmortal que se imbrica con A Tempo con Caturla, muy en la línea de la tradición histórica cubana.

A ese  traje, de altísimo precio, se refirió Carpentier cuando vio cómo Caturla lo compraba para usarlo en Remedios. Resulta que al novelista le llamaba la atención el respeto que el músico sentía por su pequeña villa, para la cual quería estar siempre impoluto. Quienes no nacen aquí, pero vienen y se acercan, saben que los remedianos vivimos en una ciudad chica con una mente gigantesca, mágica, imaginativa. Quizás por eso, por el sitio espiritual, no tanto físico, Caturla anduviera siempre con su mejor traje.

Otro amigo, artista también, me decía hace años atrás que Remedios es una villa con aspiraciones de ciudad. Varias veces veo que dichas palabras se cumplen, uno de esos momentos es cuando celebramos el nacimiento de Caturla.

Si mal no recuerdo, entre las leyendas que recorren estas calles está precisamente el piano del genio de la música, que resuena en las noches para decirnos que la vida sigue en muchas otras dimensiones.

No sé si, en definitiva, el libreto de A Tempo con Caturla prevé que hay en Remedios esta certeza de lo sobrehumano, pero más le valiera, ya que no se concibe una cultura que no trascienda el breve instante de terror, existencia carnal y ansiedad física que nos ha impuesto la pandemia.


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Mauricio Escuela Orozco

Periodista de profesión, escritor por instinto, defensor de la cultura por vocación


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