Carlos Marx ha vuelto y estuvo en Cuba…

A una pequeña sala del Centro Cultural El Mejunje, de Santa Clara llegó con cabello largo, los ojos hondos, el acento inglés y una delgadez extrema. A media luz de lo que él pensaría como su Soho de Londres, fue desvalijando su maletita de siempre. Una botella de vino, el retrato de Jenny, un candelabro, flores para su amada, los volúmenes de su inquieto corazón…

Sin embargo, fue esta vez un Carlos Marx agudo, con cierta ironía y una visión reveladora del mundo capitalista, el que mantuvo a su auditórium a la expectativa. Durante el breve tiempo de su visita nos mostró al ser humano que fue, con sus vicisitudes y aciertos. Recriminó a aquellos que se han acercado de uno u otro modo a la ideología marxista.

Al decir del propio artífice de este milagroso encuentro, el teatrista Fernando Sáez Castellanos,* “Marx en el Soho es una obra apasionante sobre un personaje apasionante”. Nació de la pluma del dramaturgo e historiador social norteamericano Howard Zinn y, a criterio de quienes pudimos apreciar esta resurrección, resulta una necesaria vindicación del pensamiento y la obra del gran revolucionario.

Además de un diseño escenográfico útil a la dramaturgia y significativo en cuanto a los hilos que maneja el discurso, otro de los aciertos de Fernando Sáez fue, a consideración del público presente en la sala Margarita Casallas, la dirección del joven actor Gyan Ros Zimmerman.  

Novel de las tablas, con solo 19 años de edad, este integrante del ecuatoriano Grupo Z nos ofreció un personaje sólido, lúcido y refrescante. Así que, ya desmaquillado, pero aún embebido en el vestuario sobrio de Marx, le solicitamos algunas declaraciones para este suplemento.

—¿Por qué haces tu primera aparición en el teatro con un monólogo como este?

—Yo fui quien escogió la obra. Y quise interpretar a este gran hombre porque radico en Quito, Ecuador, un país socialista con mucho camino al capitalismo y tengo necesidad de mostrarle a mi gente una realidad aparte de la que viven. Quiero hacer pensar en la importancia de abrir la mente más allá de los beneficios de una vida cómoda y de separarnos en poco de la conformidad.

—¿Qué huella deja en ti el Carlos Marx de Howard Zinn?

—El desafío es enorme pero me sentí capaz de hacerlo, precisamente por las enseñanzas de un hombre que sintió mucho dolor y aun así no dejó de escribir obras tan trascendentes como El Capital, El Manifiesto Comunista… Pero más allá de eso me llegó su visión humana y lo importante que fue para él mostrar otro camino, que muchos políticos y revolucionarios lograron tomar, pero otros se perdieron en ese tránsito.

—¿Qué ha significado traer Marx en el Soho a Cuba?

—En un principio no sabía que llegaríamos hasta Cuba y que haríamos este debut aquí en Santa Clara, pero el destino es algo interesante, Marx lo vivió. Así que estoy en un país comunista, socialista y creo que fue más seductor aún, porque además observo la realidad de este país y logro sentirlo con lo que fue la obra y el personaje. Marx estaría muy orgulloso.

—¿Qué rasgos escogerías de este personaje?

—Su certeza y su dedicación infinita.

—¿Tienes alguna cita preferida dentro del texto que defiendes?

—La última es fuerte y es la que me ha motivado a hacer todo esto, el hecho de que la gente tiene que mover el culo, tiene que actuar.

¿Hasta cuándo van a aguantar la humillación, la explotación y la miseria capitalista? ¡No esperen por el Mesías! ¡Tienen que mover el culo¡ Marx ha vuelto, Cristo no lo hará.

Así se despidió de escena este Carlos Marx encarnado por Gyan Ros, dejando el sabor de un mundo que merece ser reconsiderado por sus principales protagonistas, los seres humanos, y también un público agradecido.

Marx en el Soho se estrenó en Quito. La ciudad de Santa Clara ha sido su primera plaza conquistada en Cuba. A partir de aquí el elenco vislumbra una gira por Ecuador y como sueño inmediato abrazan la idea de llevarla hasta Berlín. Completar sus estudios de actuación como profesional, nuevos montajes de la mano de Fernando Sáez, completan la agenda inmediata de su intérprete Howard Zinn para, según sus palabras, “llegar lejos como actor pero también hasta lo más verdadero y profundo”.

* Fernando Sáez dirige el grupo Teatro Z, de Ecuador, con el que asistió al recién finalizado Festival Mejunje Teatral 2018, en su natal Santa Clara, Cuba.