La Enseñanza Médica Superior cubana cumple cada día con sus objetivos, formar de manera gratuita al personal de la salud, no solo con amplios conocimientos de su profesión, sino con los principios éticos y humanos que exige esa delicada labor.
Centro rector de esas especialidades en el país es el Instituto de Ciencias Básicas y Preclínicas Victoria de Girón, de La Habana. Por sus aulas han transitado más de 80 000 jóvenes de Cuba y otros países.
Fundado por el Comandante en Jefe Fidel Castro, el 17 de octubre de 1962, ante la necesidad de formar médicos para el sistema de salud, pues muchos habían abandonado el país al triunfo de la Revolución, el centro está próximo a cumplir 50 años de trabajo.
Allí se forman profesionales de la salud con un profundo humanismo y sentido de la solidaridad y se realizan investigaciones en temas de biomedicina e inmunología, que incluyen la asistencia especializada a la población, así como se estudian además carreras como Bioanálisis Clínico, Nutrición, Radio Física e Imaginología.
Cuba, que al inicio del período revolucionario contaba con una sola Facultad de Medicina, cuenta hoy con cuatro Institutos Superiores de Ciencias Médicas, 21 Facultades de Medicina y 20 filiales que abarcan todas las provincias del país, el Instituto de Ciencias Básicas y Preclínicas “Victoria de Girón”, la Escuela Nacional de Salud Pública de posgrado, la Escuela Latinoamericana de Medicina y la Escuela de Medicina Caribeña unida a la Facultad de Medicina número dos de Santiago de Cuba.
El plan de estudios de los médicos formados en esos centros está enfocado a la atención médica primaria, lo cual ha permitido la dispensarización de acciones de salud a casi la totalidad de la población del país, a través del médico y la enfermera de la familia.
La presencia de los médicos cubanos en muchos países del mundo es también de significar, pues con su profesionalidad han aliviado dolores y salvado innumerables vidas.
Igualmente, la posibilidad de que muchos jóvenes de otros países hayan cursado estudios de medicina en Cuba, a través de becas, forma a esos galenos en el espíritu de solidaridad y altruismo que les permite luego asistir a las poblaciones más pobres y necesitadas.
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