La piel sensible, aprendiendo sobre ella (Parte II)

Buen día para cada amiga y amigo de Parada con Estilo. El calendario nos muestra una nueva semana y junto a ella la maravillosa oportunidad de volver a encontrarnos por estos senderos donde la belleza, el bienestar y el conocimiento andan de la mano.

La semana anterior habíamos comenzado a compartir ideas sobre la piel sensible y dejamos una segunda parte para esta semana. En aquella ocasión se abordó, de manera general, las principales características que identifican a la piel sensible o reactiva. Hoy estaremos compartiendo sobre algunos productos o sustancias más recomendadas para dicha piel, así como algunos consejos que nos ayuden a lidiar con ella. Comencemos entonces por los consejos.

Lo primero a tener en cuenta es que este tipo de piel no debe ser expuesta a sustancias irritantes como alcohol, fragancias artificiales o a una sustancia conocida como lanolina, ya que estos tipos de productos tienden a deshidratarla. De igual manera debemos evitar someterla a limpiezas agresivas o exfoliaciones profundas.

Es de suma importancia, además, emplear una crema protectora adecuada diariamente, teniendo en cuenta que durante la época que haya un poco más de frío, la crema debe ser más densa y grasa para reforzar el manto protector de la piel.

Pero… cómo saber qué ingredientes cosméticos son los más recomendables para esta piel. Para una mejor aclaración de dicha cuestión dividiremos los ingredientes más empleados y los agruparemos según su función.

Calmantes: Poseen propiedades descongestivas, antinflamatorias y suavizantes. Dentro de este grupo tenemos la manzanilla, la caléndula, la vid, el pantenol y las aguas termales.

Vasoprotectores: Estimulan la circulación minimizando la permeabilidad capilar, teniendo además propiedades antiedematosas. En ese grupo podemos agrupar al Castaño de Indias, la Hamamelis virginiana, la centella asiática y la Mimosa.

Antioxidantes y antirradicales libres: Son de gran utilidad para impedir el inicio y la propagación de las reacciones oxidativas que dan lugar a los radicales libres. Aquí tenemos el Tocoferol, el ácido ascórbico o sus derivados, los extractos de caléndula, vid y mimosa, así como el ácido cafeico y la ubiquinona Q10.

Activos hidratantes: Son de gran importancia para combatir la resequedad y la aspereza que suelen presentar las pieles reactivas o sensibles. Aquí podemos encontrar sustancias provenientes de extractos vegetales con gran cantidad de mucílagos como malva y pepino, hidrolizados de proteína de avena, maíz, soja, trigo, leche, etc. A este grupo podemos añadir las sustancias con propiedades humectantes como la glicerina, el sorbitol y la urea.

Sustancias nutritivas: Le aportan lípidos faltantes a las pieles reactivas, reforzando así la función de barrera de la piel mejorando notablemente la aspereza, la sequedad y la descamación. A este grupo pertenecen las ceramidas, escualeno, triglicéridos, fosfolípidos o el colesterol.

Sustancias inmunomoduladoras: Modulan, estimulan y refuerzan el sistema inmunitario de la piel, a la vez que reducen la inmunosupresión causada por la luz ultravioleta. Dentro de este grupo están las algas como Asparagopsis Amara, el 3-glucanos de la avena, trigo, cebada y levaduras, etc.

Amiga y amigo, si le he dado esta síntesis de sustancias y nombres que puede le resulten raros, es para que usted tenga una pequeña guía que le sirva de referencia si se ve en la necesidad de buscar, encontrar y comprar un producto cosmético que pueda resultar de utilidad para cuidar de una piel sensible o reactiva, ya sea la suya o la de otra persona.

Hasta aquí entonces el tema de la piel sensible o, al menos, lo más básico sobre ella. Hasta aquí también el tiempo que cada semana dedicamos a nuestro encuentro, sin embargo, recuerde siempre que cada despedida es sólo por unos días, pues cada nueva semana se repite la invitación para que podamos seguir compartiendo sobre el cultivo de una belleza saludable. Hasta entonces, chao y suerte.