Una mujer fantástica

Muchos son los espejos que muestra la cinta Una mujer fantástica (Sebastián Lelio, 2018). Y todos enseñan a una mujer joven, bella y con una entereza admirable. Todo en ella es ética. Fantástica gloria.

Se nos da todas las posibilidades de ver a Marina por lo que ella es: Una persona. Exactamente igual que el resto de nosotros. Entonces, ¿por qué nadie hace otra cosa que juzgarla?

-¿Te operaste? –pregunta el hijastro de Marina.

-Eso no se pregunta –responde ella.

-Pero es que no sé qué miro cuando te veo. ¿Qué eres?

-Soy lo mismo que tú –aclara Marina.

Una mujer fantástica es un retrato exquisito de una mujer transexual.

Sebastián Lelio, director chileno, ganó el Oscar a Mejor Película Extranjera de este año por esta cinta. Y Daniela Vega recibió el premio a Mejor Actriz.

El argumento de Una mujer fantástica no ofrece precisamente una historia convencional… pero no se concentra allí la creatividad excelsa de la película:

Mariana (Daniela Vega) y Orlando (Francisco Reyes) están enamorados. Ella es una mesera y cantante viviendo en su treintena y él, un divorciado de 57 años. Juntos son muy felices. De hecho, Orlando ha dejado a su esposa e hijos por Mariana. Pero justo en la antesala de un viaje turístico que ambos tienen planificado hacer, Orlando sufre un aneurisma y muere en el hospital.

A partir de ese momento, el personaje de Mariana sufre todo tipo de discriminaciones. Lelio ofrece un asiento en primera fila debajo de la piel de esta mujer transexual.

Aunque nunca llegamos a saber todo el pasado de Marina, entendemos por las conversaciones con su hermana y el novio de esta que Orlando, aunque veinte años mayor, era un oasis para ella. Entendemos que era una relación genuina y que le hacía a ella mucho bien. Era una relación de apoyo y confort, donde cada cual ofrecía lo mejor de sí mismo.

Sin embargo, es en la familia de Orlando donde encuentra Marina más discriminación y reticencia a aceptarla…

Estamos ante un relato sobre la identidad. La identidad antes que la supervivencia. Porque sí. Porque la supervivencia no vale la pena sin identidad.

Una mujer fantástica es el retrato de un personaje con una enorme entereza en todos los sentidos… que es discriminado por seres con moral en extremo cuestionable. Sin embargo, por alguna caótica razón, ellos, los que discriminan, son los normales.

No obstante, Marina se mantiene firme. Aunque cada acontecimiento de la película es una ocasión más para humillarla, ella conserva su entereza. Y es ahí donde radica la belleza de este filme.