A ver si nos ponemos de acuerdo: los animales salvajes puede que sean preciosos, pero son salvajes. No se le pasa la manito por los dientes a un león para sacarle el pedacito de mono que se le quedó trabado.
¿Ven? Eso es lo que no me gusta de las películas, sobre todo las infantiles. ¿Han visto como el final de todas es feliz? El príncipe y la princesa se casaron y vivieron felices para siempre. Y ella nunca tuvo monilia y él nunca le colgó el teléfono en su cara. ¿De verdad?
Pero qué le vamos a hacer, si estamos cansados y queremos entretenimiento. Oh, quizás ahí este el pollo del arroz con pollo. La clave de la estética. La esencia del por qué de la inocuidad semántica: el cine es para entretener o para hacer pensar.
Obviamente que hay tantos tipos de cines como tipos de directores han llegado a hacerlo.
Con Alpha, Albert Hughes, que evidentemente tuvo problemas de adaptación en la escuela de niño, hace un relato de supervivencia en los tiempos prehistóricos. Se centra en la relación de amistad entre un jovencito y un lobo. Algo así como un Jack London para adolescentes.
El jovencito, interpretado por el actor australiano Kodi Smit-McPhee, confía su vida a un lobo salvaje que decide acoger como si de perrito de caza se tratara. El guion se compadece de él y convierte al lobo salvaje de la Europa de hace veinte mil años en un perrito con sentimientos cruzados, una especie de Negrita, de Onelio Jorge Cardoso, dividida para siempre entre su amor por su manada y su amor por el hombre.
Hay que reconocerlo. Hay algunas mentiras que son muy bonitas.
La cinta cuenta en su primera parte los ritos iniciáticos para la caza y la guerra del joven hijo del jefe de una tribu prehistórica. Y, en su segundo trecho, ya sin apenas texto, la relación de este con un lobo que comienza como enemigo y termina como aliado en su lucha por la vida.
Es decir, y por entroncar con dos películas de Jean-Jacques Annaud: un segmento está en la línea de En busca del fuego (50 mil años arriba o abajo, que se dice pronto), y otro en la órbita de El oso, aunque, ojo, siempre en un sentido menos adulto y trascendente, y más enfocado hacia la platea juvenil.
Alpha (2018) es una aventura épica y es una historia de supervivencia. Una historia de amor entre el hombre y la naturaleza y entre el hombre y los animales. Que nadie diga que se ha superado el antropocentrismo.
sachiel
15/1/19 16:13
Pelicula clase "Z", por lo menos, ya la pasaron por la TV...
Firefly
15/1/19 14:11
A mi no me gustó. La empecé a ver muy entretenida para darme cuenta que era una historia que aunque tenia potencial, la echaron a perder en la pelicula. No me gustó en lo absoluto la parte en la que el sujeto le pega una patada al lobo porque este moria de hambre y solo queria algo de comer.
gretter
15/1/19 8:27
Alpha : otra de supervivencia
Albert Hughes dirige la cinta Alpha , una aventura épica y una historia de supervivencia ambientada en la Europa de hace 20.000 años, durante la última glaciación.
En mitad de su primera cacería con el grupo de élite de su tribu, un joven es herido y dado por muerto. Al despertar se encontrará débil y solo, y deberá aprender a sobrevivir y abrirse camino ante la dura y cruel naturaleza. Acompañado a regañadientes de un lobo abandonado por su manada, los dos aprenderán a confiar el uno en el otro, convertirse en aliados y superar los innumerables peligros para intentar encontrar el camino a casa antes de que llegue el letal invierno
Una aventura donde escacean diálogos y todo es muy contemplativo
Las imágenes son preciosas , como si más que una película fuera un documental
La cinta no concevence porque se empeña en su visualidad y no en el libreto
Alpha es similar a ‘10.000’ de Roland Emmerich busca lo comercial y no la importancia histórica
Lo verdaderamente grandioso es la fotografía de Martin Gschlacht
Los actores Kodi Smit-McPhee y Jóhannes Haukur Jóhannesson no suele costarle su interpretación
Un argumento poco inspirado que termina convirtiéndose en un festín para los ojos
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