jueves, 19 de septiembre de 2024

Hiroshima (+pdf)

Libro que nos recuerda los peligros de una catástrofe nuclear...

Laydis Soler Milanés
en Exclusivo 12/08/2019
4 comentarios
Hiroshima portada
Hiroshima narra los sucesos desde el punto de vista de los que los vivieron(Foto: Amazon)

Hiroshima, fue originalmente publicado en la revista estadounidense The New Yorker. Se trata de un relato humano y franco de la tragedia tras la caída de la bomba nuclear en esa ciudad japonesa.

Fue escrita por John Hersey, corresponsal de guerra para la revista Times, y se convirtió en un referente para el periodismo de investigación y literario.

Se centra en la historia de seis supervivientes del suceso, antes, durante y después de la calamidad. Es conmovedor y se destaca por una extensa investigación periodística.

Cuenta la catástrofe, no desde las cifras y datos fríos, como se ve a menudo en los medios cuando, por ejemplo se informa como última noticia la explosión de un coche bomba en un país del Medio Oriente. Práctica que deshumaniza y crea distanciamiento de la realidad, falta de empatía por parte de la audiencia.

 Hiroshima, al contrario, narra los sucesos desde el punto de vista de los que los vivieron, con sus subjetividades, cierto, pero lo más cercano a la realidad posible, aquella que por cruel y dolorosa, a veces queremos evitar.

En un capítulo final, que Hersey escribió cuarenta años después de la primera publicación, se resume la vida de los protagonistas como hibakusas y brinda una gran enseñanza sobre las armas nucleares. El tema de este libro podría parecer distante, lejano en el tiempo, pero el peligro nuclear está aún latente. Los dejo con el icónico primer párrafo de Hiroshima, que por sí solo le sirve como presentación a la obra:

“Exactamente a las ocho y quince minutos de la mañana, hora japonesa, el 6 de agosto de 1945, en el momento en que la bomba atómica relampagueó sobre Hiroshima, la señorita Toshiko Sasaki, empleada del departamento de personal de la Fábrica Oriental de Estaño, acababa de ocupar su puesto en la oficina de planta y estaba girando la cabeza para hablar con la chica del escritorio vecino. En ese mismo instante, el doctor Masakazu Fujii se acomodaba con las piernas cruzadas para leer el Asahi de Osaka en el porche de su hospital privado, suspendido sobre uno de los siete ríos del delta que divide Hiroshima; la señora Hatsuyo Nakamura, viuda de un sastre, estaba de pie junto a la ventana de su cocina observando a un vecino derribar su casa porque obstruía el carril cortafuego; el padre Wilhelm Kleinsorge, sacerdote alemán de la Compañía de Jesús, estaba recostado —en ropa interior y sobre un catre, en
Jesús, estaba recostado —en ropa interior y sobre un catre, en el último piso de los tres que tenía la misión de su orden—, leyendo una revista jesuita, Stimmen der Zeit, el doctor Terufumi Sasaki, un joven miembro del personal quirúrgico del moderno hospital de la Cruz Roja, caminaba por uno de los corredores del hospital, llevando en la mano una muestra de sangre para un test de Wasserman; y el reverendo Kiyoshi Tanimoto, pastor de la Iglesia Metodista de Hiroshima, se había detenido frente a la casa de un hombre rico en Koi, suburbio occidental de la ciudad, y se preparaba para descargar una carretilla llena de cosas que había evacuado por miedo al bombardeo de los B-29 que, según suponían todos, pronto sufriría Hiroshima. La bomba atómica mató a cien mil personas, y estas seis estuvieron entre los sobrevivientes. Todavía se preguntan por qué sobrevivieron si murieron tantos otros. Cada uno enumera muchos pequeños factores de suerte o voluntad — un paso dado a tiempo, la decisión de entrar, haber tomado un tranvía en vez de otro— que salvaron su vida. Y ahora cada uno sabe que en el acto de sobrevivir vivió una docena de vidas y vio más muertes de las que nunca pensó que vería. En aquel momento, ninguno sabía nada”.

Puede descargar el libro aquí (Pdf de 908 KB)

 


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Laydis Soler Milanés

Periodista, amante de la literatura y de la buena música.

Se han publicado 4 comentarios


Marti
 16/4/21 15:03

Un ataque injustificado puesto que podían haber tirado la bomba en un descampado, frente a Tokio o cualquier parte y ya mostraba el poderío. Fue para crear terror y hacerse temer por los rusos, a ellos iba el mensaje, la guerra ya estaba ganada y Japón bloqueado

Marcos
 12/8/20 0:48

Muy estremecedor relato! Muy facil de bajar y muy buena la Web de Uds. Saludos y gracias por compartir!

Mijael
 29/4/20 16:28

Me gustaría leerlo el libro me recomendaron. Gracias

JD
 14/8/19 15:32

Una historia estremecedora, y de la que en general se conoce muy  poco. Muchas gracias.

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