El Rey ha vuelto

Lionel Messi se ha ratificado como el mejor jugador de la historia del fútbol al ganar su quinto Balón de Oro. Cuando todos pensaban que estaba muerto, luego de la derrota del Mundial de Brasil de 2014 y varias temporadas, lesiones por medio, jugando a media máquina, el argentino volvió al ruedo de la mejor manera posible.

Además de completar un curso espléndido con el Barcelona (ganó La Liga, la Champions League y la Copa de Rey) se llevó a casa su quinta bola dorada, que lo acredita como mejor futbolista del año.

Cuando eres el más grande de todos los tiempos, creas magia. Ese es Messi, a eso se dedica y por eso volvió a ganar el Balón de Oro. 

Lio es un jugador total, inigualable, capaz de cambiar la historia y ganarse la admiración, incluso, el afecto de los hinchas de equipos contrarios, hasta del Real Madrid.

Messi, que fue muy sonriente a recoger su premio, se quedó sin palabras casi al final de su pequeño discurso. Por muy acostumbrado que esté a coronarse, este fue un momento único, y convertirse en el máximo ganador, con cinco Balones de Oro, no es cosa de risa ni siquiera para él. Como siempre, se acordó de agradecer a sus compañeros del club y la selección: “…ellos me hacen bueno a mí y a todo el equipo” y al fútbol, que le ha dado todo en la vida.

El 2015 no ha sido muy diferente a los otros años en que Messi ganó el galardón (2009, 2010, 2011 y 2012). Nuevamente el genio del argentino guío a su equipo para la consecución de importantes títulos que, a la postre, pesaron un mundo en su elección como ganador.

“Después de estar dos años viendo a Cristiano Ronaldo”, Messi se reveló y apostó por su capacidad para conducir al Barça a ganar su quinta Champions, incluso con menos goles que el portugués. Precisamente CR7 y Neymar escoltaron en el podio al ganador del máximo galardón que entrega la FIFA.

Los méritos, tanto de Cristiano como de Neymar, para llevarse el premio se diluyeron en una conducción histórica del rosarino no solo de su club, sino también de la selección argentina, subcampeona de América.

En menos de 12 meses, Messi pasó del infierno al cielo. La terrible situación institucional del Barcelona, las tensas relaciones del propio jugador con Luis Enrique y la mala racha del Barça al inicio de la temporada hacían suponer que el 2015 sería otro período magro para Messi.

Pero a Messi no le gusta perder y la provocación de Cristiano Ronaldo en la anterior gala del Balón de Oro al querer igualarlo (que en ese entonces tenía 4) terminaron por despertar la furia de un crack superior, aunque me duela decirlo.

Así las cosas, el Barcelona empezó a carburar al estilo de años anteriores y terminó por afinar una maquinaria perfectamente engrasada y demoledora, impulsada por el trabajo de todos sus futbolistas, pero sobre todo por el renacer de Messi.

Por el club, Messi sacrificó hasta sus goles. El 10 azulgrana hizo algunas modificaciones en su modelo de juego y se convirtió en el cerebro de un tridente que recolocó al Barca en lo más alto. Messi es más que un jugador, es un equipo, es sacrificio, es humildad. La fuerza despertó en él y por eso ganó.

Cristiano Ronaldo lleva ocho años consecutivos en la élite y los logros de este año también fueron superlativos, aunque insuficientes. Entre otras cosas se convirtió en máximo goleador de la historia del Real Madrid y de la Champions League, es el jugador con más hat-tricks (tripletes) en La Liga y el fútbol español, además de ser el mayor ganador de Botas de Oro, con cuatro. Pero aun así quedó segundo. Al parecer no pudo con la magia.

Esta nueva manita de oro de Lio aviva las comparaciones en cuanto a quién es el mejor jugador de la historia del fútbol. Yo sigo creyendo que es Diego Armando Maradona y algunos comulgan con el mítico Pelé. Sin embargo, Messi lo tiene muy claro: “…prefiero un Mundial a los cinco Balones de Oro. Los trofeos colectivos están por encima de los individuales. Sería lo más ganar un Mundial”. Esa, sin dudas, es su tarea pendiente y son seguridad su única espina. Pero un Mundial no es sinónimo de grandeza total, más bien de enorme satisfacción. Álvaro Arbeloa, por ejemplo, tiene uno y quién osa incluirlo en el firmamento del balón.

Lo cierto es que Messi ha marcado una época y ganar su quinto balón es más de lo que soñaba. Después de hoy quedan en el recuerdo mitos del fútbol como Johan Cruyff, Marco van Basten, Michel Platini y hasta Cristiano Ronaldo, que ganaron el premio tres veces. A estas alturas es imposible confiarse, porque Messi puede y quiere ganar más. Porque Messi es fútbol.