Sonrisas y victorias

Cuando faltaba poco para comenzar el segundo milenio quiso la casualidad que me encontrara con varios periodistas españoles, uno de los cuales llegó con una idea preconcebida sobre  lo que ocurría en Cuba. Casi se atrevía, en su primera visita, a explicarme cómo era la vida en la provincia de Villa Clara, donde estoy establecido desde la década de los 70 del siglo pasado.

La conversación tomó los rumbos más insospechados y el colega daba las explicaciones más disparatadas a cualquier hecho de una vida cotidiana que, sin dudas, había aprendido leyendo textos. Libros que homogéneamente seguían los derroteros de quienes afirmaron en la anterior centuria que los cubanos perderían la patria potestad sobre sus hijos.

Lo mismo decía que todas las personas eran obligadas a trabajar como que los echaban y dejaban sin empleo, si no aceptaban lo que él insistía en llamar “el régimen” . Afirmaa que, en esos momentos se obligaba –según afirmaba insistentemente- a asistir a los actos políticos.

¿Y si se obliga a trabajar para qué usa un castigo como desemplearlos? Fue una pregunta que respondió tan incoherentemente como esta otra ¿Dónde hay un ser humano que pueda ser obligado a tener cara sonriente y aspecto de felicidad durante varias horas seguidas?

De tal encuentro me acordé al leer el foro de Cubahora 1ro de Mayo: ¿Por qué desfilamos los cubanos? en el cual Isdel Cortés Lozano comentó que marchamos para  reclamar el cese del bloqueo económico, comercial y financiero, demostrar la solidaridad del movimiento sindical con otros pueblos del mundo, y denunciar las acciones desestabilizadoras contra la Revolución Bolivariana.

En tanto, Rosy dijo: “Porque es divertido!!!” y lalecora Mimisma explicó que por su patria, por su país, porque cree en la revolución que un día dijo: "Basta a la miseria, al desempleo, al racismo, al pago de la mujer diferente al hombre", por la convicción de que esta revolución encontrará la forma de tener todos un salario digno a pesar de tantas limitaciones económicas.

Lisbeth afirmó que para decir SÍ a la Revolución, por las conquistas alcanzadas y las que nos quedan por alcanzar, por la educación, por la salud pública, por la libertad, para gritar fuerte que somos felices aquí.

Por otra parte, Isis expresó que por convicción, por  nuestro socialismo, y porque siempre tengamos la paz por la que lucharon nuestros héroes.

Si el colega español hubiera escuchado en aquel momento tales argumentaciones, no las habría tomado en cuenta para su reportaje sobre la verdad que él consideraba sobre Cuba, pues no las vería por no tener ojos para ver, ni las escucharía por no tener oídos para oír.

Otro de los periodistas comentó, o más bien, pensó en voz alta: ¡Joder! Es alucinante pensar que llenen un espacio aunque sea con 10 mil hombres y mujeres de todas las edades usando la fuerza, pues habría que tener varios miles más de policías para reprimirlos.

Agregó: Y suponiendo que puedan obligarlos, la verdad es que no veo modo que logren hacerlos reír, y rían de felicidad como se puede ver en los actos de la Plaza de la Revolución de La Habana.

Recomendó: Muy buenos esos paneos que hacen los camarógrafos de ustedes, pero yo osaría recomendarles que usen más el zoom a detalles como los de un rostro sonriente y victorioso.

He sabido que ese colega que hizo la valoración, Julio Alonso, ya no ejerce el periodismo, pero de todos modos lo recuerdo en estos momentos en que redacto esta nota, al terminar los desfiles del Primero de Mayo.