El colega Cristóbal Álamo Pérez era corresponsal de la actual Agencia Cubana de Noticias cuando en la década de los 80 del siglo pasado redactó una crónica titulada Francisquito, ¿qué hora es? en la cual se refería a cómo ese popular e inolvidable personaje espirituano podía decir la hora sin mirar el reloj.
Al pasar el tiempo, entre varios periodistas reunidos, a alguien que pudo haber sido Osvaldo Rodríguez Martínez o Elías Argudín Sánchez, se le ocurrió que cuando se estableciera el horario de verano, le preguntaran la hora, y para asombro de todos: La dijo actualizada.
Hasta nuestros días, y que este redactor sepa, la única conjetura de cómo adquirió esa capacidad la escuchamos de Cristóbal, quien sin dar total seguridad, contó que había escuchado que Francisco Polanco Guerrero tuvo un oficio en el cual requería contabilizar constantemente el tiempo, pero no tenía reloj.
En cuanto a cómo cambiaba la hora, todo indica a la imposibilidad de que supiera que fue aplicada en el siglo 18 como una de las medidas de ahorro para aprovechar la luz solar levantándose más temprano.
Ni tampoco debe haber sabido que en la presidencia de Gerardo Machado en 1928 se estableció y ante la escasa aceptación tuvo que derogar la medida.
Según publicaciones consultadas, entre abril de 1942 y noviembre de 1944 se mantuvo en Cuba el horario de verano, que volvería a introducirse en 1970 hasta que de marzo de 2004 a octubre de 2006, la Isla se rigió exclusivamente por la hora de verano.
Desde 2005 quedó establecido en Cuba que el horario de verano se modifique el segundo domingo de marzo y concluya el primer domingo de noviembre, por tanto corresponde adelantar una hora los relojes a las doce de la noche del sábado nueve.
La aplicación del horario de verano permite un uso más racional de la luz solar, lo cual permite una reducción del consumo de electricidad para la iluminación, y que deje de coincidir con la gran demanda para la cocción de la comida.
Mientras rige lo que popularmente llaman "la hora nueva" porque "la vieja" es la anterior sea la normal o la de verano, continúan las inversiones para comenzar en abril con nuevas capacidades de generación abiertas con paneles solares y el equipamiento que usan las patanas, pero colocadas en tierra firme habanera.
Según reportes del canal cubano de noticias, las instalaciones fotovoltaicas son donaciones chinas con capacidad para cuatro MW cada una (12 MW en total) avanza según el cronograma previsto en Villa Clara, Ciego de Ávila y Holguín.
Al mismo tiempo se avanza en contratar sistemas de acumulación para en un futuro tener capacidades de hasta 1 000 MW en energía solar fotovoltaica, que es poco menos que la actual capacidad de generación de las termoeléctricas.
Cuando vemos en el boulevard de Sancti Spíritus la estatua del escultor Félix Madrigal Echemendía dedicada a Francisquito por su dominio de poder contar naturalmente el tiempo, también podemos ver simbolizado el homenaje a quienes buscan nuevas fuentes de energía en los recursos naturales.
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